Para poder nacer, tuvimos que haber necesitado de: 2 Padres 4 Abuelos 8 Bisabuelos 16 Tatarabuelos 32 Choznos 64 Pentabuelos 128 Hexabuelos 256 Heptabuelos 512 Octabuelos 1,024 Nonabuelos 2,048 Decabuelos Solamente para las 11 últimas generaciones, fueron necesarios 4,094 ancestros. Para que puedas estar aquí hoy. ¡Cerca de 300 años antes de nacer! Piensa por un instante: ¿Cuántas luchas?, ¿Cuántas guerras?, ¿Cuánta hambre?, ¿Cuántas dificultades?, pero también… ¿Cuánto amor?, ¿Cuánto cariño?, ¿Cuántas alegrías?, ¿Cuánta esperanza?, ¿Cuánta fuerza?, tuvieron que vivir todos estos antepasados para que tú puedas estar vivo. Nosotros sólo existimos gracias a todo lo que cada uno de ellos pasó… Gratitud a todos los antepasados, sin ellos no tendríamos la felicidad de conocer lo que es la VIDA.
Solamente para las 11 últimas generaciones, fueron necesarios 4,094 ancestros. Para que puedas estar aquí hoy. ¡Cerca de 300 años antes de nacer!..
Piensa por un instante:
¿Cuántas luchas?, ¿cuántas guerras?, ¿cuánta hambre?, ¿cuántas dificultades?, pero también… ¿cuánto amor?, ¿cuánto cariño?, ¿cuántas alegrías?, ¿cuánta esperanza?, ¿cuánta fuerza?, tuvieron que vivir todos estos antepasados para que tú puedas estar vivo.
Nosotros sólo existimos gracias a todo lo que cada uno de ellos pasó…
Gratitud a todos los antepasados, sin ellos no tendríamos la felicidad de conocer lo que es la VIDA.
Melancolía/Huella digital de sombra es una propuesta escénica original, en la que la literatura y la danza se dan cita para reflexionar sobre el sentido de la vida a través del acto de la creación. La música, siempre sorprendente en los montajes del coreógrafo cubano, incluye selecciones de artistas como Ryuichi Sakamoto y Alva Noto, Philip Glass, Ólafur Arnals y J.S. Bach, entre otros.
Inspirado en la vida y obra de la escritora británica Virginia Woolf, este ambicioso montaje de danza contemporánea se presentará del 15 AL 25 DE FEBRERO EN EL TEATRO BRITÁNICO, DE JUEVES A DOMINGO, A LAS 8:00 P.M.
Elenco: Ariam Leon, Naysha Meneses, Dionarah Herrera, Brenda Ortega, Giorgio Ramos Wong y José Carlos Estrada Pérez. Producción. Daniel Eizaga. Confección de vestuario: Nelly Pereira Riva. Diseño gráfico. Marcia Eizaga y Daniel Eizaga. Arte. Ariam Leon y Pepe Hevia. Dirección y Coreografía. Pepe Hevia.
SOBRE PEPE HEVIA.
Considerado uno de los coreógrafos jóvenes más importantes de la vanguardia de la danza cubana de los ochenta, Pepe Hevia (La Habana, 1971) ha presentado sus creaciones en escenarios de Estados Unidos, México, Costa Rica, España, Ecuador, entre otros países. Después de cinco años de exitosas colaboraciones con las principales instituciones del mundo de la danza en el Perú –entre ellas el Ballet Nacional, el Ballet San Marcos y la Escuela Nacional Superior de Ballet–, Hevia decidió afincarse de modo definitivo en nuestro país y convertir el gran proyecto de su vida, Pepe Hevia Dance Company, formación fundada en Barcelona en 1993, en una compañía peruana de danza contemporánea.
Melancolía/Huella digital de sombra, su más reciente creación al frente de este elenco, se inspira en la vida de la fascinante artista Virginia Woolf, una de las escritoras más controversiales de su época, así como en la esencia de su obra. La acción tiene como punto de partida el seminal ensayo feminista Una habitación propia, pero hurga también en las almas de personajes ficticios como Orlando, Mrs. Dalloway, Vita y Leonard. Es una pieza que habla de la identidad, del sexo y de la libertad, a pesar de que Virginia, en su búsqueda de paz en la vida, encontró la muerte. Es un poema de arquitectura compleja, con un despliegue técnico siempre en función de la comunicación y la belleza de los contrastes coreográficos, que viven entre los sutiles gestos y las secuencias exquisitamente elaboradas.
Con un elenco conformado por los bailarines Naysha Meneses, Dionarah Herrera, Brenda Ortega, Ariam León, Giorgio Ramos Wong, José Carlos Estrada y Pepe Hevia, Melancolía/Huella digital de sombra es una propuesta escénica original, en la que la literatura y la danza se dan cita para reflexionar sobre el sentido de la vida a través del acto de la creación. La música, siempre sorprendente en los montajes del coreógrafo cubano, incluye selecciones de artistas como Ryuichi Sakamoto y Alva Noto, Philip Glass, Ólafur Arnals y J.S. Bach, entre otros.
AGRADECIMIENTOS
Jeanette Moreno Silva,Susana Pous Anadon, Danay Hevia,Marta Roig, Inma Rubio Luna, Roberto Olivan, Mireia torres, Marta Pardos, Viviana Boronat,Silvia Paricio, Julie Berroneau, Nicolas Ricchini, Eva MB,Elena Dausá, Jesús Cobos, Sandra Sales Reid, Sònia Romà Querol, Laia Santanach, Gloria Zapater,Eva Vilamitjana, Ona Marimon, Àngels Casadó, Manuel fernández, Victor Manuel Solano, Ester Vendrell, Cristina Beltran, Rodrigo Garbarino, Alexander Lopez Guerra, Nelly Pereira Riva, Vanessa Floress, Derek Castañeda, Isabel Llanos Pinto, Ivette Zuazo, Morella Petrozzi, José Avilés, Fany Rodríguez, Javier Gamboa, Yitzhak Fowks Z., Michele della Volpe, Pamela Alderson, Luzmila Chang, Yoiné del Vedado,David Ruiz López-Prisuelos, Carolina Vigil, Gabriela Paliza, Inés Hernández, Jordi Vilarta, Sergio Meneses, Mariela Castillo, Jane Lise H’Ormaycht, Janio López, Elena Guerra, Ginna Gina Natteri Mármol, Pachi Valle Riestra, Dennis Ferguson Acosta, Juan Salas Ariza, Alonso Almenara,Fernando Torres,Karina Moy,Oscar Zavala, Maria Elena Herrera, ICPNA, Ballet San Marcos, ENSB, Centro Cultural el Olivar y Teatro Británico.
A todos los bailarines y amigos que me han acompañado a lo largo de estos 25 años. Siempre presentes en mí.
De los huesos también,
de la sal más entera de la sangre,
del ácido más fiel,
del alma más profunda y verdadera,
del alimento más entusiasmado,
del hígado y del llanto,
viene el oleaje tenso de la muerte,
el frío sudor de la esperanza,
y viene Dios riendo.
Caminan los libros a la hoguera.
Se levanta el telón: aparece el mar.
PRIMERA PARTE
I
Déjame reposar, aflojar los músculos del corazón y poner a dormitar el alma para poder hablar, para poder recordar estos días, los más largos del tiempo.
Convalecemos de la angustia apenas y estamos débiles, asustadizos, despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño para verte en la noche y saber que respiras. Necesitamos despertar para estar más despiertos en esta pesadilla llena de gentes y de ruidos.
Tú eres el tronco invulnerable y nosotros las ramas, por eso es que este hachazo nos sacude. Nunca frente a tu muerte nos paramos a pensar en la muerte, ni te hemos visto nunca sino como la fuerza y la alegría. No lo sabemos bien, pero de pronto llega un incesante aviso, una escapada espada de la boca de Dios que cae y cae y cae lentamente. Y he aquí que temblamos de miedo, que nos ahoga el llanto contenido, que nos aprieta la garganta el miedo.
Nos echamos a andar y no paramos de andar jamás, después de medianoche, en ese pasillo del sanatorio silencioso donde hay una enfermera despierta de ángel. Esperar que murieras era morir despacio, estar goteando del tubo de la muerte, morir poco, a pedazos.
No ha habido hora más larga que cuando no dormías, ni túnel más espeso de horror y de miseria que el que llenaban tus lamentos, tu pobre cuerpo herido.
II
Del mar, también del mar, de la tela del mar que nos envuelve, de los golpes del mar y de su boca, de su vagina obscura, de su vómito, de su pureza tétrica y profunda, vienen la muerte, Dios, el aguacero golpeando las persianas, la noche, el viento.
De la tierra también, de las raíces agudas de las casas, del pie desnudo y sangrante de los árboles, de algunas rocas viejas que no pueden moverse, de lamentables charcos, ataúdes del agua, de troncos derribados en que ahora duerme el rayo, y de la yerba, que es la sombra de las ramas del cielo, viene Dios, el manco de cien manos, ciego de tantos ojos, dulcísimo, impotente. (Omniausente, lleno de amor, el viejo sordo, sin hijos, derrama su corazón en la copa de su vientre.)
De los huesos también, de la sal más entera de la sangre, del ácido más fiel, del alma más profunda y verdadera, del alimento más entusiasmado, del hígado y del llanto, viene el oleaje tenso de la muerte, el frío sudor de la esperanza, y viene Dios riendo.
Caminan los libros a la hoguera. Se levanta el telón: aparece el mar.
(Yo no soy el autor del mar.)
III
Siete caídas sufrió el elote de mi mano antes de que mi hambre lo encontrara, siete veces mil veces he muerto y estoy risueño como en el primer día. Nadie dirá: no supo de la vida más que los bueyes, ni menos que las golondrinas. Yo siempre he sido el hombre, amigo fiel del perro, hijo de Dios desmemoriado, hermano del viento. ¡A la chingada las lágrimas!,dije, y me puse a llorar como se ponen a parir. Estoy descalzo, me gusta pisar el agua y las piedras, las mujeres, el tiempo, me gusta pisar la yerba que crecerá sobre mi tumba (si es que tengo una tumba algún día). Me gusta mi rosal de cera en el jardín que la noche visita. Me gustan mis abuelos de Totomoste y me gustan mis zapatos vacíos esperándome como el día de mañana. ¡A la chingada la muerte!, dije, sombra de mi sueño, perversión de los ángeles, y me entregué a morir como una piedra al río, como un disparo al vuelo de los pájaros.
IV
Vamos a hablar del Príncipe Cáncer, Señor de los Pulmones, Varón de la Próstata, que se divierte arrojando dardos a los ovarios tersos, a las vaginas mustias, a las ingles multitudinarias.
Mi padre tiene el ganglio más hermoso del cáncer en la raíz del cuello, sobre la subclavia, tubérculo del bueno de Dios, ampolleta de la buena muerte, y yo mando a la chingada a todos los soles del mundo. El Señor Cáncer, El Señor Pendejo, es sólo un instrumento en las manos obscuras de los dulces personajes que hacen la vida.
En las cuatro gavetas del archivero de madera guardo los nombres queridos, la ropa de los fantasmas familiares, las palabras que rondan y mis pieles sucesivas.
También están los rostros de algunas mujeres los ojos amados y solos y el beso casto del coito. Y de las gavetas salen mis hijos. ¡Bien haya la sombra del árbol llegando a la tierra, porque es la luz que llega!
V
De las nueve de la noche en adelante, viendo televisión y conversando estoy esperando la muerte de mi padre. Desde hace tres meses, esperando. En el trabajo y en la borrachera, en la cama sin nadie y en el cuarto de niños, en su dolor tan lleno y derramado, su no dormir, su queja y su protesta, en el tanque de oxígeno y las muelas del día que amanece, buscando la esperanza.
Mirando su cadáver en los huesos que es ahora mi padre, e introduciendo agujas en las escasas venas, tratando de meterle la vida, de soplarle en la boca el aire…
(Me avergüenzo de mí hasta los pelos por tratar de escribir estas cosas. ¡Maldito el que crea que esto es un poema!)
Quiero decir que no soy enfermero, padrote de la muerte, orador de panteones, alcahuete, pinche de Dios, sacerdote de penas. Quiero decir que a mí me sobre el aire…
VI
Te enterramos ayer. Ayer te enterramos. Te echamos tierra ayer. Quedaste en la tierra ayer. Estás rodeado de tierra desde ayer. Arriba y abajo y a los lados por tus pies y por tu cabeza está la tierra desde ayer. Te metimos en la tierra, te tapamos con tierra ayer. Perteneces a la tierra desde ayer. Ayer te enterramos en la tierra, ayer.
VII
Madre generosa de todos los muertos, madre tierra, madre, vagina del frío, brazos de intemperie, regazo del viento, nido de la noche, madre de la muerte, recógelo, abrígalo, desnúdalo, tómalo, guárdalo, acábalo.
VIII
No podrás morir. Debajo de la tierra no podrás morir. Sin agua y sin aire no podrás morir. Sin azúcar, sin leche, sin frijoles, sin carne, sin harina, sin higos, no podrás morir. Sin mujer y sin hijos no podrás morir. Debajo de la vida no podrás morir. En tu tanque de tierra no podrás morir. En tu caja de muerto no podrás morir. En tus venas sin sangre no podrás morir. En tu pecho vacío no podrás morir. En tu boca sin fuego no podrás morir. En tus ojos sin nadie no podrás morir. En tu carne sin llanto no podrás morir. No podrás morir. No podrás morir. No podrás morir. Enterramos tu traje, tus zapatos, el cáncer; no podrás morir. Tu silencio enterramos. Tu cuerpo con candados. Tus canas finas, tu dolor clausurado. No podrás morir.
IX
Te fuiste no sé a dónde. Te espera tu cuarto. Mi mamá, Juan y Jorge te estamos esperando. Nos han dado abrazos de condolencia, y recibimos cartas, telegramas, noticias de que te enterramos, pero tu nieta más pequeña te busca en el cuarto, y todos, sin decirlo, te estamos esperando.
X
Es un mal sueño largo, una tonta película de espanto, un túnel que no acaba lleno de piedras y de charcos. ¡Qué tiempo éste, maldito, que revuelve las horas y los años, el sueño y la conciencia, el ojo abierto y el morir despacio!
XI
Recién parido en el lecho de la muerte, criatura de la paz, inmóvil, tierno, recién niño del sol de rostro negro, arrullado en la cuna del silencio, mamando obscuridad, boca vacía, ojo apagado, corazón desierto.
Pulmón sin aire, niño mío, viejo, cielo enterrado y manantial aéreo voy a volverme un llanto subterráneo para echarte mis ojos en tu pecho.
XII
Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nado y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado, refugiarse desnudo en el discreto calor de Dios, y en su cerrado puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo hacia el humo y el hueso y la caliza y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa tomar la eternidad como a destajo y repartir el alma en la ceniza.
XIII
Padre mío, señor mío, hermano mío, amigo de mi alma, tierno y fuerte, saca tu cuerpo viejo, viejo mío, saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un río, tu frente limpia en que aprendí a quererte, tu brazo como un árbol en el frío saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero, tu boca firme y tu mirada abierta, tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta. Parece que yo soy el que me muero: ¡padre mío, despierta!
XIV
No se ha roto ese vaso en que bebiste, ni la taza, ni el tubo, ni tu plato. Ni se quemó la cama en que moriste, ni sacrificamos un gato.
Te sobrevive todo. Todo existe a pesar de tu muerte y de mi flato. Parece que la vida nos embiste igual que el cáncer sobre tu omóplato.
Te enterramos, te lloramos, te morimos, te estás bien muerto y bien jodido y yermo mientras pensamos en lo que no hicimos
y queremos tenerte aunque sea enfermo. Nada de lo que fuiste, fuiste y fuimos a no ser habitantes de tu infierno.
XV
Papá por treinta o por cuarenta años, amigo de mi vida todo el tiempo, protector de mi miedo, brazo mío, palabra clara, corazón resuelto,
te has muerto cuando menos falta hacías, cuando más falta me haces, padre, abuelo, hijo y hermano mío, esponja de mi sangre, pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.
Te has muerto y me has matado un poco. Porque no estás, ya no estaremos nunca completos, en un sitio, de algún modo.
Algo le falta al mundo, y tú te has puesto a empobrecerlo más, y a hacer a solas tus gentes tristes y tu Dios contento.
XVI
(Noviembre 27)
¿Será posible que abras los ojos y nos veas ahora? ¿Podrás oírnos? ¿Podrás sacar tus manos un momento?
Estamos a tu lado. Es nuestra fiesta, tu cumpleaños, viejo. Tu mujer y tus hijos, tus nueras y tus nietos venimos a abrazarte, todos, viejo. ¡Tienes que estar oyendo! No vayas a llorar como nosotros porque tu muerte no es sino un pretexto para llorar por todos, por los que están viviendo. Una pared caída nos separa, sólo el cuerpo de Dios, sólo su cuerpo.
XVII
Me acostumbré a guardarte, a llevarte lo mismo que lleva uno su brazo, su cuerpo, su cabeza. No eras distinto a mí, ni eras lo mismo. Eras, cuando estoy triste, mi tristeza.
Eras, cuando caía, eras mi abismo, cuando me levantaba, mi fortaleza. Eras brisa y sudor y cataclismo, y eras el pan caliente sobre la mesa.
Amputado de ti, a medias hecho hombre o sombra de ti, sólo tu hijo, desmantelada el alma, abierto el pecho,
Ofrezco a tu dolor un crucifijo: te doy un palo, una piedra, un helecho, mis hijos y mis días, y me aflijo.
SEGUNDA PARTE
I
Mientras los niños crecen, tú, con todos los muertos, poco a poco te acabas. Yo te he ido mirando a través de las noches por encima del mármol, en tu pequeña casa. Un día ya sin ojos, sin nariz, sin orejas, otro día sin garganta, la piel sobre tu frente agrietándose, hundiéndose, tronchando obscuramente el trigal de tus canas. Todo tú sumergido en humedad y gases haciendo tus desechos, tu desorden, tu alma, cada vez más igual tu carne que tu traje, más madera tus huesos y más huesos las tablas. Tierra mojada donde había tu boca, aire podrido, luz aniquilada, el silencio tendido a todo tu tamaño germinando burbujas bajo las hojas de agua. (Flores dominicales a dos metros arriba te quieren pasar besos y no te pasan nada.)
II
Mientras los niños crecen y las horas nos hablan tú, subterráneamente, lentamente, te apagas. Lumbre enterrada y sola, pabilo de la sombra, veta de horror para el que te escarba.
¡Es tan fácil decirte «padre mío» y es tan difícil encontrarte, larva de Dios, semilla de esperanza!
Quiero llorar a veces, y no quiero llorar porque me pasas como un derrumbe, porque pasas como un viento tremendo, como un escalofrío debajo de las sábanas, como un gusano lento a lo largo del alma.
¡Si sólo se pudiera decir: «papá, cebolla, polvo, cansancio, nada, nada, nada» !Si con un trago te tragara! ¡Si con este dolor te apuñalara! ¡Si con este desvelo de memorias -herida abierta, vómito de sangre- te agarrara la cara!
Yo sé que tú ni yo, ni un par de valvas, ni un becerro de cobre, ni unas alas
sosteniendo la muerte, ni la espuma en que naufraga el mar, ni -no- las playas, la arena, la sumisa piedra con viento y agua, ni el árbol que es abuelo de su sombra, ni nuestro sol, hijastro de sus ramas, ni la fruta madura, incandescente, ni la raíz de perlas y de escamas, ni tío, ni tu chozno, ni tu hipo, ni mi locura, y ni tus espaldas, sabrán del tiempo obscuro que nos corre desde las venas tibias a las canas.
(Tiempo vacío, ampolla de vinagre, caracol recordando la resaca.)
He aquí que todo viene, todo pasa, todo, todo se acaba. ¿Pero tú? ¿pero yo? ¿pero nosotros? ¿para qué levantamos la palabra? ¿de qué sirvió el amor? ¿cuál era la muralla que detenía la muerte? ¿dónde estaba el niño negro de tu guarda?
Ángeles degollados puse al pie de tu caja, y te eché encima tierra, piedras, lágrimas, para que ya no salgas, para que no salgas.
III
Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo y van y vienen máscaras. Amanece el dolor un día tras otro, nos rodeamos de amigos y fantasmas, parece a veces que un alambre estira la sangre, que una flor estalla, que el corazón da frutas, y el cansancio canta.
Embrocados, bebiendo en la mujer y el trago, apostando a crecer como las plantas, fijos, inmóviles, girando en la invisible llama. Y mientras tú, el fuerte, el generoso, el limpio de mentiras y de infamias, guerrero de la paz, juez de victorias -cedro del Líbano, robledal de Chiapas- te ocultas en la tierra, te remontas a tu raíz obscura y desolada.
IV
Un año o dos o tres, te da lo mismo. ¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué campana incesante, silenciosa, llama y llama? ¿qué subterránea voz no pronunciada? ¿qué grito hundido, hundiéndose, infinito de los dientes atrás, en la garganta aérea, flotante, pare escamas?
¿Para esto vivir? ¿para sentir prestados los brazos y las piernas y la cara, arrendados al hoyo, entretenidos los jugos en la cáscara? ¿para exprimir los ojos noche a noche en el temblor obscuro de la cama, remolino de quietas transparencias, descendimiento de la náusea?
¿Para esto morir? ¿para inventar el alma, el vestido de Dios, la eternidad, el agua del aguacero de la muerte, la esperanza? ¿morir para pescar? ¿para atrapar con su red a la araña?
Estás sobre la playa de algodones y tu marca de sombras sube y baja.
V
Mi madre sola, en su vejez hundida, sin dolor y sin lástima, herida de tu muerte y de tu vida.
Esto dejaste. Su pasión enhiesta, su celo firme, su labor sombría. Árbol frutal a un paso de la leña, su curvo sueño que te resucita. Esto dejaste. Esto dejaste y no querías.
Pasó el viento. Quedaron de la casa el pozo abierto y la raíz en ruinas. Y es en vano llorar. Y si golpeas las paredes de Dios, y si te arrancas el pelo o la camisa, nadie te oye jamás, nadie te mira. No vuelve nadie, nada. No retorna el polvo de oro de la vida.
Perteneció a una emblemática y reconocida familia de artistas, hijo de Celia y de Tulio Merino, inolvidable trompetista piurano.
Víctor, talento musical cuyas innatas virtudes fueran subrayadas en cierta oportunidad por nuestro insigne literato Mario Vargas Llosa, «Posee corazón de niño, alma de poeta y manos que hacen brotar del teclado torrentes de nuevas propuestas musicales»
VÍCTOR TEÓFILO MERINO APONTE
(Lima, 1945-2012)
Nacido en Lima, criado en la Provincia Constitucional del Callao, estuvo casado con la reconocida pintora Pilar Coca con quien tuvo tres hijos: Magaly Joél y Luciana Merino, tuvo dos nietos: Adrián y Abril Abundes Merino.
Estudió su primaria en los colegio «Vírgen del Carmen» y hnos. Marquina del Callao y sus estudios secundarios en la Gran Unidad Escolar «Dos de Mayo» del Callao terminando su educación en 1963 el colegio del Colegio Salesiano Don Bosco del Callao.
Perteneció a una emblemática y reconocida familia de artistas, hijo de Celia y de Tulio Merino, inolvidable trompetista piurano.
Víctor, talento musical cuyas innatas virtudes fueran subrayadas en cierta oportunidad por nuestro insigne literato Mario Vargas Llosa, «Posee corazón de niño, alma de poeta y manos que hacen brotar del teclado torrentes de nuevas propuestas musicales».
Su gran merito artístico cultural es el haber iniciado el movimiento de la canción- poema en el Perú, en compañía del recordado poeta Juan Gonzalo Rose, el intérprete Diego Mariscal y el arreglista Jorge Madueño, consolidándose como uno de los principales cultores de la música contemporánea y compositor a nivel continental.
Su impresionante trayectoria tiene el mérito de haber ganado 12 festivales nacionales (4 de ellos en 1 solo año 1982) entre ellos el Festival de la colonia Peruano- Japonesa, donde musicalizó el actual Himno Nikkei, 2 Festivales Internacionales (Bulgaria 1976 y Puerto Rico 1978) y Ganador del Fest. OTI -Perú 1982, autor del «Himno al Cajón Peruano», convirtiéndolo, quizás, en el arreglista y compositor más premiado del país.
Fue excelente musicalizador de poemas de autores peruanos y extranjeros como César Vallejo (El Poeta Universal), Juan Gonzalo Rose, César Calvo, Mario Benedetti, Jaime Sabines, Rubén Darío, Antonio Cisneros y muchos otros importantes poetas.
Grabó con Tania Libertad el CD “EL MISMO PUERTO” con poemas del poeta Juan Gonzalo Rose, disco que ameritó la producción televisiva de 60´ de duración presentado por Mario Vargas Llosa.
Hizo lo propio con nuestro vate mayor, César Vallejo musicalizando 14 poemas, luego del poeta uruguayo Mario Benedetti para darle vida al CD “LA VIDA ESE PARENTESIS” con 10 poemas en ritmo de tango, salsa, blues y boleros, interpretados por Tania Libertad, Willie Colón y Joan Manuel Serrat, álbum prologado por Don José Saramago, premio Nobel de Literatura, editado por ALFAGUARA y presentado en la Feria del Libro en Guadalajara.
Ha creado piezas para orquestas y coros, conciertos para piano, saxo y trompeta, música para cine y comerciales y bella música para niños.
Su último proyecto «Perú en Fe Mayor», donde con sus canciones rinde homenaje al Perú y sus héroes, no alcanzó a verlo cristalizado. Ahora sus herederos serán quienes tengan esta loable labor.
Víctor Merino fallece un 27 de diciembre de 2012 rodeado de su querida familia.
Para escuchar la música de Merino hay que asistir con las mejores vestimentas del alma, porque hay que beber de la fuente de la fe que tanto necesita el ser humano hoy en día.
16.12.11 Víctor Merino el músico con corazón de poeta.
DON VÍCTOR MERINO.
ADIOS VICTOR MERINO
Víctor Merino en el Royal Caribbean fué contratado con su quinteto para que tocaran música internacional , con la versatilidad que lo caracterizaba tocaba música internacional . Le renovaron muchas veces el contrato , pero él decía: el barco es un hotel 5 estrellas «es como estar en una jaula de oro», tengo todo, pero me hace falta mi familia».
Victor Merino – PADRE NUESTRO
«PADRE NUESTRO» Arreglo Coral de Víctor Merino. Interpretado por el Coro Mixto «ARPEGIO» dirigido por Mónica Gastelumendi. Grabado en vivo por Ivan Raffo. Teatro «Mario Vargas Llosa», Biblioteca Nacional del Perú. Mayo 26 de 2009.
Tema perteneciente al disco «El mismo puerto». Contiene poemas de Juan Gonzalo Rose musicalizado por Víctor Merino y la hermosa voz de Tania Libertad.
TANIA LIBERTAD «PIERNAS»
Tania Libertad canta «Piernas» de Mario Benedetti, musica de Victor Merino del disco La Vida Ese Parentesis
JOAN MANUEL SERRAT & TANIA LIBERTAD MUSICALIZADO POR VICTOR MERINO
Tania Libertad invita a Víctor Merino a Méjico para que musicalice integramente el poemario «La vida ese paréntesis» del poeta uruguayo Mario Benedetti. Aquí uno de sus hemosos temas «Papel Mojado» donde se invitó a Joan Manuel Serrat a hacer un dúo con Tania Libertad.
TANIA LIBERTAD & NIÑOS Y NIÑOS
Tania Libertad canta Niños y Niños de Mario Benedetti, musica de Victor Merino, del disco La Vida es Parentesis
OFRENDA MAESTRA-SI UN ROSAL SE MUERE VICTOR MERINO AL PIANO
Su impresionante trayectoria tiene el mérito de haber ganado 12 festivales nacionales (4 de ellos en 1 solo año 1982) entre ellos el Festival de la colonia Peruano- Japonesa, donde musicalizó el actual Himno Nikkei, 2 Festivales Internacionales (Bulgaria 1976 y Puerto Rico 1978) y Ganador del Fest. OTI -Perú 1982,autor del «Himno al Cajón Peruano», convirtiéndolo, quizás, en el arreglista y compositor más premiado del país.
FOTOGRAFÍAS DEL HOMENAJE EN EL TEATRO MUNICIPAL AL MÚSICO Y COMPOSITOR NACIONAL, VÍCTOR MERINO
HAIKUS A VÍCTOR MERINO
Tú hija mía/
Eres como febrero/
Tibio abrazo/
Dejas de tocar /
Y los campos mueren/
Sobre las aguas/
Amada mía/
Tomados de las manos/
Cantan las olas/
Amado mío/
Tomados de las manos/
Cantan las olas/
Parecen gatos/
Como nosotros papá/
Cien tercos nudos/
Sobre las teclas/
Lloran tristes las rosas/
Lágrimas negras/
JEM WONG
12-04-2013
Descansa en paz
Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino y Ruben FloresVictor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino Victor Merino HOMENAJE EN EL TEATRO MUNICIPAL AL MÚSICO Y COMPOSITOR NACIONAL, VÍCTOR MERINO
Hécate, Ars Poetica. Revista Internacional de Poesía, Cuento y Teoría de la Poesía -/- Εκάτη, Ars Poetica. Διεθνής Επιθεώρηση Ποίησης, Διηγήματος και Θεωρίας της Ποίησης
A site where to find various information and resources on evaluation, public policy and evaluating public policies. / Un portal donde encontrar información variada y recursos sobre evaluación, políticas públicas y evaluación de políticas públicas.
El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto sino sobre el suelo. Parece preparada más para hacer tropezar que para que se siga su rumbo. (Franz Kafka)
Leituras da prosa, poesia e teatro de David Haize (R. Roldan-Roldan). O site http://roldan.vilabol.uol.com.br deixou de existir. Seus textos serão movidos para este blog, veja ao fim do menu à direita.
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