No entres docilmente en esta noche quieta

Originalmente publicado en Milenio:
Dylan Thomas – No entres dócilmente en esa noche quieta (bilingüe) Do not go gentle into that good night Do not go gentle into that good night, Old age should burn and rave at close of day; Rage, rage against the dying of the light. Though wise men at their end…

Dylan Thomas
Dylan Thomas
Dylan Thomas – No entres dócilmente en esa noche quieta
DYLAN THOMAS – NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA NOCHE QUIETA

DYLAN THOMAS – NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA NOCHE QUIETA
No entres dócilmente en esa noche quieta.
La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día;
Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.
Aunque los sabios al morir entiendan que la tiniebla es justa,
porque sus palabras no ensartaron relámpagos
no entran dócilmente en esa noche quieta.
Los buenos, que tras la última inquietud lloran por ese brillo
con que sus actos frágiles pudieron danzar en una bahía verde
rabian, rabian contra la agonía de la luz.
Los locos que atraparon y cantaron al sol en su carrera
y aprenden, ya muy tarde, que llenaron de pena su camino
no entran dócilmente en esa noche quieta.
Los solemnes, cercanos a la muerte, que ven con mirada deslumbrante
cuánto los ojos ciegos pudieron alegrarse y arder como meteoros
rabian, rabian contra la agonía de la luz.
Y tú mi padre, allí, en tu triste apogeo
maldice, bendice, que yo ahora imploro con la vehemencia de tus lágrimas.
No entres dócilmente en esa noche quieta.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.
Mis ojos también vieron cosas que nadie podrá ver jamás
 y los tuyos y los tuyos también.

Dylan Thomas – No entres dócilmente en esa noche quieta
DYLAN THOMAS – NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA NOCHE QUIETA

DYLAN THOMAS – NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA NOCHE QUIETA
No entres dócilmente en esa noche quieta.
La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día;
Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.
Aunque los sabios al morir entiendan que la tiniebla es justa,
porque sus palabras no ensartaron relámpagos
no entran dócilmente en esa noche quieta.
Los buenos, que tras la última inquietud lloran por ese brillo
con que sus actos frágiles pudieron danzar en una bahía verde
rabian, rabian contra la agonía de la luz.
Los locos que atraparon y cantaron al sol en su carrera
y aprenden, ya muy tarde, que llenaron de pena su camino
no entran dócilmente en esa noche quieta.
Los solemnes, cercanos a la muerte, que ven con mirada deslumbrante
cuánto los ojos ciegos pudieron alegrarse y arder como meteoros
rabian, rabian contra la agonía de la luz.
Y tú mi padre, allí, en tu triste apogeo
maldice, bendice, que yo ahora imploro con la vehemencia de tus lágrimas.
No entres dócilmente en esa noche quieta.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.
Mis ojos también vieron cosas que nadie podrá ver jamás
 y los tuyos y los tuyos también.

Milenio

Dylan Thomas – No entres dócilmente en esa noche quieta (bilingüe)

Do not go gentle into that good night

Do not go gentle into that good night,
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.

Grave men, near death, who see with blinding sight
Blind eyes could blaze like meteors and be gay,
Rage, rage against the dying of…

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JAIME SABINES -ALGO SOBRE LA MUERTE DEL MAYOR SABINES

De los huesos también,
de la sal más entera de la sangre,
del ácido más fiel,
del alma más profunda y verdadera,
del alimento más entusiasmado,
del hígado y del llanto,
viene el oleaje tenso de la muerte,
el frío sudor de la esperanza,
y viene Dios riendo.

Caminan los libros a la hoguera.
Se levanta el telón: aparece el mar.

Algo sobre la muerte del mayor Jaime Sabines
JAIME SABINES -ALGO SOBRE LA MUERTE DEL MAYOR SABINES

PRIMERA PARTE

I

Déjame reposar,
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.

Convalecemos de la angustia apenas
y estamos débiles, asustadizos,
despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño
para verte en la noche y saber que respiras.
Necesitamos despertar para estar más despiertos
en esta pesadilla llena de gentes y de ruidos.

Tú eres el tronco invulnerable y nosotros las ramas,
por eso es que este hachazo nos sacude.
Nunca frente a tu muerte nos paramos
a pensar en la muerte,
ni te hemos visto nunca sino como la fuerza y la
alegría.
No lo sabemos bien, pero de pronto llega
un incesante aviso,
una escapada espada de la boca de Dios
que cae y cae y cae lentamente.
Y he aquí que temblamos de miedo,
que nos ahoga el llanto contenido,
que nos aprieta la garganta el miedo.

Nos echamos a andar y no paramos
de andar jamás, después de medianoche,
en ese pasillo del sanatorio silencioso
donde hay una enfermera despierta de ángel.
Esperar que murieras era morir despacio,
estar goteando del tubo de la muerte,
morir poco, a pedazos.

No ha habido hora más larga que cuando no
dormías,
ni túnel más espeso de horror y de miseria
que el que llenaban tus lamentos,
tu pobre cuerpo herido.

II

Del mar, también del mar,
de la tela del mar que nos envuelve,
de los golpes del mar y de su boca,
de su vagina obscura,
de su vómito,
de su pureza tétrica y profunda,
vienen la muerte, Dios, el aguacero
golpeando las persianas,
la noche, el viento.

De la tierra también,
de las raíces agudas de las casas,
del pie desnudo y sangrante de los árboles,
de algunas rocas viejas que no pueden moverse,
de lamentables charcos, ataúdes del agua,
de troncos derribados en que ahora duerme el rayo,
y de la yerba, que es la sombra de las ramas del cielo,
viene Dios, el manco de cien manos,
ciego de tantos ojos,
dulcísimo, impotente.
(Omniausente, lleno de amor,
el viejo sordo, sin hijos,
derrama su corazón en la copa de su vientre.)

De los huesos también,
de la sal más entera de la sangre,
del ácido más fiel,
del alma más profunda y verdadera,
del alimento más entusiasmado,
del hígado y del llanto,
viene el oleaje tenso de la muerte,
el frío sudor de la esperanza,
y viene Dios riendo.

Caminan los libros a la hoguera.
Se levanta el telón: aparece el mar.

(Yo no soy el autor del mar.)

III

Siete caídas sufrió el elote de mi mano
antes de que mi hambre lo encontrara,
siete veces mil veces he muerto
y estoy risueño como en el primer día.
Nadie dirá: no supo de la vida
más que los bueyes, ni menos que las golondrinas.
Yo siempre he sido el hombre, amigo fiel del perro,
hijo de Dios desmemoriado,
hermano del viento.
¡A la chingada las lágrimas!,dije,
y me puse a llorar
como se ponen a parir.
Estoy descalzo, me gusta pisar el agua y las piedras,
las mujeres, el tiempo,
me gusta pisar la yerba que crecerá sobre mi tumba
(si es que tengo una tumba algún día).
Me gusta mi rosal de cera
en el jardín que la noche visita.
Me gustan mis abuelos de Totomoste
y me gustan mis zapatos vacíos
esperándome como el día de mañana.
¡A la chingada la muerte!, dije,
sombra de mi sueño,
perversión de los ángeles,
y me entregué a morir
como una piedra al río,
como un disparo al vuelo de los pájaros.

IV

Vamos a hablar del Príncipe Cáncer,
Señor de los Pulmones, Varón de la Próstata,
que se divierte arrojando dardos
a los ovarios tersos, a las vaginas mustias,
a las ingles multitudinarias.

Mi padre tiene el ganglio más hermoso del cáncer
en la raíz del cuello, sobre la subclavia,
tubérculo del bueno de Dios,
ampolleta de la buena muerte,
y yo mando a la chingada a todos los soles del mundo.
El Señor Cáncer, El Señor Pendejo,
es sólo un instrumento en las manos obscuras
de los dulces personajes que hacen la vida.

En las cuatro gavetas del archivero de madera
guardo los nombres queridos,
la ropa de los fantasmas familiares,
las palabras que rondan
y mis pieles sucesivas.

También están los rostros de algunas mujeres
los ojos amados y solos
y el beso casto del coito.
Y de las gavetas salen mis hijos.
¡Bien haya la sombra del árbol
llegando a la tierra,
porque es la luz que llega!

V

De las nueve de la noche en adelante,
viendo televisión y conversando
estoy esperando la muerte de mi padre.
Desde hace tres meses, esperando.
En el trabajo y en la borrachera,
en la cama sin nadie y en el cuarto de niños,
en su dolor tan lleno y derramado,
su no dormir, su queja y su protesta,
en el tanque de oxígeno y las muelas
del día que amanece, buscando la esperanza.

Mirando su cadáver en los huesos
que es ahora mi padre,
e introduciendo agujas en las escasas venas,
tratando de meterle la vida, de soplarle
en la boca el aire…

(Me avergüenzo de mí hasta los pelos
por tratar de escribir estas cosas.
¡Maldito el que crea que esto es un poema!)

Quiero decir que no soy enfermero,
padrote de la muerte,
orador de panteones, alcahuete,
pinche de Dios, sacerdote de penas.
Quiero decir que a mí me sobre el aire…

VI

Te enterramos ayer.
Ayer te enterramos.
Te echamos tierra ayer.
Quedaste en la tierra ayer.
Estás rodeado de tierra
desde ayer.
Arriba y abajo y a los lados
por tus pies y por tu cabeza
está la tierra desde ayer.
Te metimos en la tierra,
te tapamos con tierra ayer.
Perteneces a la tierra
desde ayer.
Ayer te enterramos
en la tierra, ayer.

VII

Madre generosa
de todos los muertos,
madre tierra, madre,
vagina del frío,
brazos de intemperie,
regazo del viento,
nido de la noche,
madre de la muerte,
recógelo, abrígalo,
desnúdalo, tómalo,
guárdalo, acábalo.

VIII

No podrás morir.
Debajo de la tierra
no podrás morir.
Sin agua y sin aire
no podrás morir.
Sin azúcar, sin leche,
sin frijoles, sin carne,
sin harina, sin higos,
no podrás morir.
Sin mujer y sin hijos
no podrás morir.
Debajo de la vida
no podrás morir.
En tu tanque de tierra
no podrás morir.
En tu caja de muerto
no podrás morir.
En tus venas sin sangre
no podrás morir.
En tu pecho vacío
no podrás morir.
En tu boca sin fuego
no podrás morir.
En tus ojos sin nadie
no podrás morir.
En tu carne sin llanto
no podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
Enterramos tu traje,
tus zapatos, el cáncer;
no podrás morir.
Tu silencio enterramos.
Tu cuerpo con candados.
Tus canas finas,
tu dolor clausurado.
No podrás morir.

IX

Te fuiste no sé a dónde.
Te espera tu cuarto.
Mi mamá, Juan y Jorge
te estamos esperando.
Nos han dado abrazos
de condolencia, y recibimos
cartas, telegramas, noticias
de que te enterramos,
pero tu nieta más pequeña
te busca en el cuarto,
y todos, sin decirlo,
te estamos esperando.

X

Es un mal sueño largo,
una tonta película de espanto,
un túnel que no acaba
lleno de piedras y de charcos.
¡Qué tiempo éste, maldito,
que revuelve las horas y los años,
el sueño y la conciencia,
el ojo abierto y el morir despacio!

XI

Recién parido en el lecho de la muerte,
criatura de la paz, inmóvil, tierno,
recién niño del sol de rostro negro,
arrullado en la cuna del silencio,
mamando obscuridad, boca vacía,
ojo apagado, corazón desierto.

Pulmón sin aire, niño mío, viejo,
cielo enterrado y manantial aéreo
voy a volverme un llanto subterráneo
para echarte mis ojos en tu pecho.

XII

Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.

Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.

Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.

Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.

XIII

Padre mío, señor mío, hermano mío,
amigo de mi alma, tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte.

Saca tu corazón igual que un río,
tu frente limpia en que aprendí a quererte,
tu brazo como un árbol en el frío
saca todo tu cuerpo de la muerte.

Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme y tu mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.

Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero:
¡padre mío, despierta!

XIV

No se ha roto ese vaso en que bebiste,
ni la taza, ni el tubo, ni tu plato.
Ni se quemó la cama en que moriste,
ni sacrificamos un gato.

Te sobrevive todo. Todo existe
a pesar de tu muerte y de mi flato.
Parece que la vida nos embiste
igual que el cáncer sobre tu omóplato.

Te enterramos, te lloramos, te morimos,
te estás bien muerto y bien jodido y yermo
mientras pensamos en lo que no hicimos

y queremos tenerte aunque sea enfermo.
Nada de lo que fuiste, fuiste y fuimos
a no ser habitantes de tu infierno.

XV

Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara, corazón resuelto,

te has muerto cuando menos falta hacías,
cuando más falta me haces, padre, abuelo,
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.

Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos nunca
completos, en un sitio, de algún modo.

Algo le falta al mundo, y tú te has puesto
a empobrecerlo más, y a hacer a solas
tus gentes tristes y tu Dios contento.

XVI

(Noviembre 27)

¿Será posible que abras los ojos y nos veas
ahora?
¿Podrás oírnos?
¿Podrás sacar tus manos un momento?

Estamos a tu lado. Es nuestra fiesta,
tu cumpleaños, viejo.
Tu mujer y tus hijos, tus nueras y tus nietos
venimos a abrazarte, todos, viejo.
¡Tienes que estar oyendo!
No vayas a llorar como nosotros
porque tu muerte no es sino un pretexto
para llorar por todos,
por los que están viviendo.
Una pared caída nos separa,
sólo el cuerpo de Dios, sólo su cuerpo.

XVII

Me acostumbré a guardarte, a llevarte lo mismo
que lleva uno su brazo, su cuerpo, su cabeza.
No eras distinto a mí, ni eras lo mismo.
Eras, cuando estoy triste, mi tristeza.

Eras, cuando caía, eras mi abismo,
cuando me levantaba, mi fortaleza.
Eras brisa y sudor y cataclismo,
y eras el pan caliente sobre la mesa.

Amputado de ti, a medias hecho
hombre o sombra de ti, sólo tu hijo,
desmantelada el alma, abierto el pecho,

Ofrezco a tu dolor un crucifijo:
te doy un palo, una piedra, un helecho,
mis hijos y mis días, y me aflijo.

SEGUNDA PARTE

I

Mientras los niños crecen, tú, con todos los muertos,
poco a poco te acabas.
Yo te he ido mirando a través de las noches
por encima del mármol, en tu pequeña casa.
Un día ya sin ojos, sin nariz, sin orejas,
otro día sin garganta,
la piel sobre tu frente agrietándose, hundiéndose,
tronchando obscuramente el trigal de tus canas.
Todo tú sumergido en humedad y gases
haciendo tus desechos, tu desorden, tu alma,
cada vez más igual tu carne que tu traje,
más madera tus huesos y más huesos las tablas.
Tierra mojada donde había tu boca,
aire podrido, luz aniquilada,
el silencio tendido a todo tu tamaño
germinando burbujas bajo las hojas de agua.
(Flores dominicales a dos metros arriba
te quieren pasar besos y no te pasan nada.)

II

Mientras los niños crecen y las horas nos hablan
tú, subterráneamente, lentamente, te apagas.
Lumbre enterrada y sola, pabilo de la sombra,
veta de horror para el que te escarba.

¡Es tan fácil decirte «padre mío»
y es tan difícil encontrarte, larva
de Dios, semilla de esperanza!

Quiero llorar a veces, y no quiero
llorar porque me pasas
como un derrumbe, porque pasas
como un viento tremendo, como un escalofrío
debajo de las sábanas,
como un gusano lento a lo largo del alma.

¡Si sólo se pudiera decir: «papá, cebolla,
polvo, cansancio, nada, nada, nada»
!Si con un trago te tragara!
¡Si con este dolor te apuñalara!
¡Si con este desvelo de memorias
-herida abierta, vómito de sangre-
te agarrara la cara!

Yo sé que tú ni yo,
ni un par de valvas,
ni un becerro de cobre, ni unas alas

sosteniendo la muerte, ni la espuma
en que naufraga el mar, ni -no- las playas,
la arena, la sumisa piedra con viento y agua,
ni el árbol que es abuelo de su sombra,
ni nuestro sol, hijastro de sus ramas,
ni la fruta madura, incandescente,
ni la raíz de perlas y de escamas,
ni tío, ni tu chozno, ni tu hipo,
ni mi locura, y ni tus espaldas,
sabrán del tiempo obscuro que nos corre
desde las venas tibias a las canas.

(Tiempo vacío, ampolla de vinagre,
caracol recordando la resaca.)

He aquí que todo viene, todo pasa,
todo, todo se acaba.
¿Pero tú? ¿pero yo? ¿pero nosotros?
¿para qué levantamos la palabra?
¿de qué sirvió el amor?
¿cuál era la muralla
que detenía la muerte? ¿dónde estaba
el niño negro de tu guarda?

Ángeles degollados puse al pie de tu caja,
y te eché encima tierra, piedras, lágrimas,
para que ya no salgas, para que no salgas.

III

Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo
y van y vienen máscaras.
Amanece el dolor un día tras otro,
nos rodeamos de amigos y fantasmas,
parece a veces que un alambre estira
la sangre, que una flor estalla,
que el corazón da frutas, y el cansancio
canta.

Embrocados, bebiendo en la mujer y el trago,
apostando a crecer como las plantas,
fijos, inmóviles, girando
en la invisible llama.
Y mientras tú, el fuerte, el generoso,
el limpio de mentiras y de infamias,
guerrero de la paz, juez de victorias
-cedro del Líbano, robledal de Chiapas-
te ocultas en la tierra, te remontas
a tu raíz obscura y desolada.

IV

Un año o dos o tres,
te da lo mismo.
¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué campana
incesante, silenciosa, llama y llama?
¿qué subterránea voz no pronunciada?
¿qué grito hundido, hundiéndose, infinito
de los dientes atrás, en la garganta
aérea, flotante, pare escamas?

¿Para esto vivir? ¿para sentir prestados
los brazos y las piernas y la cara,
arrendados al hoyo, entretenidos
los jugos en la cáscara?
¿para exprimir los ojos noche
a noche en el temblor obscuro de la cama,
remolino de quietas transparencias,
descendimiento de la náusea?

¿Para esto morir?
¿para inventar el alma,
el vestido de Dios, la eternidad, el agua
del aguacero de la muerte, la esperanza?
¿morir para pescar?
¿para atrapar con su red a la araña?

Estás sobre la playa de algodones
y tu marca de sombras sube y baja.

V

Mi madre sola, en su vejez hundida,
sin dolor y sin lástima,
herida de tu muerte y de tu vida.

Esto dejaste. Su pasión enhiesta,
su celo firme, su labor sombría.
Árbol frutal a un paso de la leña,
su curvo sueño que te resucita.
Esto dejaste. Esto dejaste y no querías.

Pasó el viento. Quedaron de la casa
el pozo abierto y la raíz en ruinas.
Y es en vano llorar. Y si golpeas
las paredes de Dios, y si te arrancas
el pelo o la camisa,
nadie te oye jamás, nadie te mira.
No vuelve nadie, nada. No retorna
el polvo de oro de la vida.

Déjame reposar JAIME SABINES
JAIME SABINES

SIEMPRE TE ESCUCHO ALEJANDRA

Originalmente publicado en Hablo de mí:
(A 45 años de la muerte de Alejandra Pizarnik) ¿ADÓNDE FUE LA OBRERA ENAMORADA? la alucinada con su “maleta de piel de pájaro” huye de sí misma con un cuchillo en la memoria. ¿FUE AL AIRE LA OBRERA ENAMORADA? el aire me castiga el ser detrás del aire hay…

¿Fue al aire la obrera enamorada? por Alejandra Pizarnik
¿Fue al aire la obrera enamorada? por Alejandra Pizarnik

ALEJANDRA PIZARNIK

Fue una de las grandes voces de la generación del sesenta. Considerada como una de las poetas surrealistas más importantes de Argentina y América Latina. 

Nada

El viento muere en mi herida.
La noche mendiga mi sangre.

Despedida por Alejandra Pizarnik

Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña

¿A dónde fue la obrera enamorada? por Alejandra Pizarnik
¿A dónde fue la obrera enamorada? por Alejandra Pizarnik

Madrugada por Alejandra Pizarnik

Desnudo soñando una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.

El miedo

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labio muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.

FRAGMENTO HIJAS DEL VIENTO POR ALEJANDRA PIZARNIK
FRAGMENTO HIJAS DEL VIENTO POR ALEJANDRA PIZARNIK

Sólo un nombre

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra

DÍAS CONTRA EL ENSUEÑO

No querer blancos rodando
en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueada aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los árboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos.

Yo no é de pájaros...por Alejandra Pizarnik
Yo no é de pájaros…por Alejandra Pizarnik

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

La carencia

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.

Manos crispads me confinan al exilio ...ALEJANDRA PIZARNIK
Manos crispads me confinan al exilio …ALEJANDRA PIZARNIK

15

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

12

no más las dulces metamorfosis de una niña de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla
su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

Al negro sol del silencio las palabras se doraban. ALEJANDRA PIZARNIK
Al negro sol del silencio las palabras se doraban. ALEJANDRA PIZARNIK

La palabra que sana

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

El aire me castiga el ser ALEJANDRA PIZARNIK
El aire me castiga el ser ALEJANDRA PIZARNIK

La última inocencia

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.

He de partir

Pero arremete, ¡viajera!

Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas. ALEJANDRA PIZARNIK
Yo no sé de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas. ALEJANDRA PIZARNIK

Cenizas
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te…
La noche sufre.

Cuarto solo
Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.

Dice que no sabe por ALEJANDRA PIZARNIK
Dice que no sabe por ALEJANDRA PIZARNIK

Exilio
A Raúl Gustavo Aguirre
Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

FRONTERAS INÚTILES por ALEJANDRA PIZARNIK
FRONTERAS INÚTILES por ALEJANDRA PIZARNIK

Hija del viento

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

Hablo de mí

(A 45 años de la muerte de Alejandra Pizarnik)

¿ADÓNDE FUE LA OBRERA ENAMORADA?
la alucinada con su “maleta de piel de pájaro” huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.

¿FUE AL AIRE LA OBRERA ENAMORADA?
el aire me castiga el ser
detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre.

LA OBRERA DE LA PALABRA MURIÓ
la sombra no muere.

¿POR QUÉ CAMINITO SE FUE?
he dado el salto de mí al alba

¿SE FUE POR EL CAMINO QUE LOS DÍAS OSCUROS TEJEN / COMO HORMIGAS DESESPERADAS IGUALES?
sólo buscaba un lugar más o menos propicio para vivir, quiero decir un sitio pequeño donde cantar y poder llorar tranquila a veces.

¿COMO VAIVÉN DE PASES CIEGOS EN UN CUARTO?
la pequeña viajera
moría explicando su muerte

¿TENDRÍA LA OBRERA POCA LUZ?
la luz es demasiado grande
para mi infancia

¿Y QUIÉN LE QUITÓ LA LUZ…

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FANNY JEM WONG EN DE SUR A SUR REVISTA DE POESÍA, ARTES LITERARIAS AÑO I- Nº 001

FANNY JEM WONG EN DE SUR A SUR REVISTA DE POESÍA, ARTES LITERARIAS AÑO I- Nº 001

DE SUR A SUR REVISTA DE POESÍA, ARTES LITERARIAS AÑO I- Nº 001
DE SUR A SUR REVISTA DE POESÍA, ARTES LITERARIAS AÑO I- Nº 001

Entre Su Amor Y Su Olvido ¡Basta ! POR FANNY JEM WONG

Llevo en el pecho un nombre callado, una oración, un sueño, un fantasma
No deseo agonizar sobre el dorado cojín de las melancolías ¡Basta ¡ ¡Basta!
No esperaré una señal para aflojar la seda del vestido que nunca llega

Entre Su Amor Y Su Olvido ¡Basta! ¡Basta!
Entre Su Amor Y Su Olvido ¡Basta! ¡Basta!

Entre Su Amor Y Su Olvido ¡Basta! ¡Basta!

Cojín De Las Melancolías
I

¿Por qué agonizas sobre el dorado cojín de las melancolías?
Esperando una señal para aflojar la seda del vestido,
Una maldita señal que nunca llega y esperas
Muriendo entre su amor y su olvido
Húmedos pétalos vencidos, intenso, amargo dolor
¿Por qué miran siempre al vacío?
Buscando por todas las sendas al Señor del Olvido
¡Basta! ¡Basta!

Despójate de los lánguidos sueños y alzate
¡Tú eres reina! ¡Siempre fuiste reina!
¿O es acaso que no notas que te dejo su carruaje en el camino?
Desata los cabellos a frescas brisas, a la vida
En la senda de los verdes bosques de un reino perdido
¡Libérate, Jade Imperial! Solo fue un sueñoun dulce sueño
De nada sirve el llanto, el dolor, la eterna espera
¡Basta ¡ ¡Basta!

Lanza De Lujuria
Lanza De Lujuria


Lanza De Lujuria
II

Entre sus fuertes brazos se quiebran huesos y cartílagos
Desesperados brazos recorriendo el universo de la piel
Rozando tiernamente el rostro enrojecido y sudoroso
Respiración agitada, morbosa tortura de infinito placer.

La sangre corre enfebrecida, las bocas se abren en besos profundos
Labios que se muerden, lenguas que se enredan, frutos en llamas
Besos que desbordan, mieles que asoman, brotan y corren
Bella flor humedecida, primorosa cueva roja de manantiales ardientes.

Ligero escalofrío, entre sus labios pezones erguidos son bebidos
La dulce voz es grito lujurioso e intenso en cada arremetida
Los pétalos levantados hacia los cielos, coronan su cabeza completa
Inagotable cópula salvaje que enciende la punta del lustroso sable.

En la profundidad de los valles contorsión y fricción de carnes encendidas
Lenguas inquietas, avanzan, retroceden, desbordando las corrientes
Dos causes, un mismo río, son remolinos bañándoles de mieles
La bola roja crece, danza incansable, frenética, abrupta, esplendorosa.

Colisión infernal de cuerpos celestes, éxtasis, repeticiones sin fin
Las agujas del tiempo corren antihorarias a cada lúbrico empuje
Despacio, de prisa, el tiempo se detiene avergonzado, sonríe
Penetra hasta lo más profundo los canales, las manos se aprietan.

Esplendoroso sable de plata, moja de aceite de castaños los sedientos pétalos
Derecha, izquierda, golpe tras golpe, socava salvaje todas las agonías
Íntimo deseo, corrompe los oídos con escarlatas cantos penétralos
Cabalga y reconoce a tu paso rostros placenteros y dolor que deleita.

Embadurnada la boca de fruta melosa, devora la roja manzana y los ciruelos
Estrecha con el coraje de tu sable lujurioso lo que fuera antes su reino
Sé el invasor de sus tierras, devora sus amapolas, sus lotos y sus jades
Haz tuya su casa, su templo, los sueños olvidados de un fantasma frío y ausente.

Dedos carnosos dibuja nuevos paisajes desde el otro lado de la faz de la luna
Llevo en el pecho un nombre callado, una oración, un sueño, un fantasma
No deseo agonizar sobre el dorado cojín de las melancolías ¡Basta ¡ ¡Basta!
No esperaré una señal para aflojar la seda del vestido que nunca llega.

FANNY JEM WONG
(Jemwong)

ENTRE SU AMOR Y SU OLVIDO ¡BASTA ! POR FANNY JEM WONG

Trastorno bipolar: La enfermedad de los genios y suicidas

Qué tuvieron en común Edgar Allan Poe, Miguel Angel, Virginia Wolf, Piotr Tchaikovsky, Cary Grant y Vincent Van Gogh? Su talento, es cierto. Sin embargo, cada uno de estos genios sufría una alteración que obraba como disparador de su creatividad, y quizá nunca lo supieron: el trastorno bipolar, más conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Se dice que el famoso cuadro de Edvard Munch El grito podría haber estado inspirado en una de las cíclicas crisis del atormentado pintor.

Si se habla de bipolaridad lo más frecuente es pensar en una persona deprimida que no sale de la cama y que, en su etapa maníaca, compra autos de manera compulsiva. Y algo de ello hay, pero esta enfermedad tiene muchos más matices –y no siempre negativos– por descubrir.

Se trata de un problema del sistema nervioso que afecta las sustancias especializadas del cerebro (neurotransmisores) reguladoras del estado de ánimo. Quienes lo sufren pasan alternativamente de la euforia a la depresión, proceso que puede ocurrir en cuestión de horas, días, semanas, meses o años.

¿Cómo se desencadena?, ¿es sólo una deficiencia neuroquímica?, ¿un factor genético?, ¿o tiene que ver con el contexto familiar?

Viajé en el tiempo y pude ver toda mi vida, 
quise cambiar al mundo y allí sigue igual ...
Más lo que finalmente conseguí cambiar 
Fueron mis circunstancias. 
De nada me arrepiento, viví como elegí hacerlo. 
Fanny Jem Wong
Viajé en el tiempo y pude ver toda mi vida,
quise cambiar al mundo y allí sigue igual …
Más lo que finalmente conseguí cambiar
fueron mis circunstancias.
De nada me arrepiento, viví como elegí hacerlo.
Fanny Jem Wong

FUENTE:http://weblog.maimonides.edu/gerontologia2007/2007/01/trastorno_bipolar_la_enfermeda.html

Trastorno bipolar: La enfermedad de los genios

Transitar cíclicamente por depresiones y euforias no implica sólo un problema psicológico, sino también un desbalance neuroquímico. Cerca del 2% de la población es bipolar

La Nación Revista

Qué tuvieron en común Edgar Allan Poe, Miguel Angel, Virginia Wolf, Piotr Tchaikovsky, Cary Grant y Vincent Van Gogh? Su talento, es cierto. Sin embargo, cada uno de estos genios sufría una alteración que obraba como disparador de su creatividad, y quizá nunca lo supieron: el trastorno bipolar, más conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Se dice que el famoso cuadro de Edvard Munch El grito podría haber estado inspirado en una de las cíclicas crisis del atormentado pintor.

Si se habla de bipolaridad lo más frecuente es pensar en una persona deprimida que no sale de la cama y que, en su etapa maníaca, compra autos de manera compulsiva. Y algo de ello hay, pero esta enfermedad tiene muchos más matices –y no siempre negativos– por descubrir.

Se trata de un problema del sistema nervioso que afecta las sustancias especializadas del cerebro (neurotransmisores) reguladoras del estado de ánimo. Quienes lo sufren pasan alternativamente de la euforia a la depresión, proceso que puede ocurrir en cuestión de horas, días, semanas, meses o años.

¿Cómo se desencadena?, ¿es sólo una deficiencia neuroquímica?, ¿un factor genético?, ¿o tiene que ver con el contexto familiar?

“Es una cadena de acontecimientos –explica el doctor Alejandro Lagomarsino, creador de la Fundación de Bipolares Argentina (Fubipa) y presidente honorario del Capítulo de Psicofarmacología de la Asociación de Psiquiatras Argentinos–. Hay predisposición genética, pero los genes que predisponen se activan en situaciones de estrés.” En ese punto está de acuerdo el doctor Marcelo Cetkovich-Bakmas, responsable de la Unidad de Trastornos del Animo del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco): “Los factores estresantes, como las pérdidas, afectan la capacidad de autorreparación del cerebro, la lentifican”.

Entre ciclos

“El carácter ciclotímico es una variante normal del humor: todos tenemos días malos y días buenos”, aclara Cetkovich-Bakmas, que es, además, jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

Pero las cosas cambian cuando esos ciclos se hacen más marcados. Si una persona tiene etapas de tristeza, se encierra en sí misma, tiene trastornos del apetito y el sueño, seguramente está deprimida. Pero si luego mejora notablemente, se acelera, está contenta, exaltada, quizás irritable, comienza a entusiasmarse por un trabajo o un nuevo amor, y en los casos más graves delira, seguramente está transitando una etapa de euforia.

Hasta hace sólo 20 años se conocía muy poco sobre esta enfermedad. “Pero ahora hemos descubierto que hay muchas más personas de lo que se creía con este problema”, dice Cetkovich-Bakmas. En este sentido, se sabe que afecta a cerca del 2% de la población (y no al 1%, como se suponía), que es más frecuente entre las mujeres y aparece en la adolescencia o en los primeros años de la adultez.

¿Es posible afirmar en la primera consulta que alguien es bipolar? Según los especialistas, no es tan sencillo: puede tardarse hasta 10 años en dar un diagnóstico certero. “A los enfermos bipolares se los confunde con esquizofrénicos, depresivos unipolares, ansiosos… Y se los somete a tratamientos que no ayudan. A veces, los empeoran”, dice Cetkovich-Bakmas.

En su etapa eufórica, las personas difícilmente piden ayuda: no pueden reconocer que algo malo les pasa porque se sienten bien.

Por eso recomiendan la primera entrevista cuando la familia las encuentra deprimidas. “Si se sienten mal, es más fácil ayudarlas”, aclara Lagomarsino.

Hay tres pilares terapéuticos: la medicación, la psicoterapia y la psicoeducación. “Los bipolares sufren un deterioro cognitivo que si no se trata puede ser mayor, ya que la depresión es muy tóxica para el cerebro, así que recomendamos tratarlos lo antes posible”, agrega Cetkovich-Bakmas, al tiempo que señala que la medicación tiene como objetivo, básicamente, mantener bajo control las alteraciones del ánimo. El carbonato de litio se usa hace 50 años y sigue siendo aun hoy el más recetado.

La psicoterapia es otra herramienta esencial. Ayuda a cambiar aspectos de la vida y a mantener el tratamiento. “El problema es que la mayoría de ellos sienten que cuando están estabilizados pierden creatividad. Es que, en su etapa de euforia, experimentan una sensación ‘primaveral’, intensa, que no perciben cuando toman la medicación –explica Lagomarsino–. Pero dejar los remedios puede empeorar las cosas. Hay evidencia de que, si se interrumpe el tratamiento, puede haber una recaída y, luego, al volver a utilizar el litio, el cuerpo ya no responde”.

La psicoeducación es el tercer elemento: permite que la persona esté informada, que sepa lo que le va a ocurrir. “Son métodos que ayudan al paciente a convertirse en actor de su propio tratamiento”, piensa Cetkovich-Bakmas. Por eso los grupos de autoayuda son útiles para pacientes y familiares. Son organizaciones de ayuda mutua, gratuitas, coordinadas por un enfermo recuperado o un pariente. “Nadie va a entender mejor que ellos mismos lo que les está ocurriendo –reflexiona Lagomarsino–. Es alguien que pasó por lo mismo y pudo superarlo. Se lo dice un par, no un médico que lo señala con el dedo.”

Por Paula Halperin paulahalperin@lanacion.com. ar

Para saber más: # Fundación de bipolares argentina: http://www.fubipa.org.arUna luz en el infierno

«… el trastorno bipolar es una condición humana fascinante y la vez trágica… Mientras la mayoría de los pacientes bipolares psicóticos no son líderes ni creadores, constituyen el reservorio de los genes que, en una forma diluida, podrían ser las semillas de la genialidad” (Hagop S. Akiskal en: Akiskal, Cetkovich-Bakmas, García Bonetto, Strejilevich y Vázquez: Trastornos bipolares. Conceptos clínicos, neurobiológicos y terapéuticos. Panamericana, Buenos Aires, 2006). Gente exitosa, políticos, artistas reconocidos, músicos, actores… Hay una característica particular que suele ser bastante común entre los bipolares: “Es reconocido que estas personas son más creativas y capaces”, afirma Lagomarsino.

Eduardo Greco, psicoanalista, dice en su libro La bipolaridad como don: “Al perderse los bordes, las restricciones y hasta las inhibiciones, el maníaco hace crecer la fuerza de todas sus funciones, rendimientos y actividades.” Se dice que Schumann llegó a escribir alrededor de 40 sinfonías en un año. Según Eduardo Greco, la oscilación emocional va acompañada de una serie de talentos que, al no ser desarrollados, se convierten en afección.

Por P. H.

Los síntomas

Etapa maníaca: euforia con excesivo optimismo, alegría y vitalidad. Marcada disminución del sueño. Aumento del interés sexual, a veces con conductas inapropiadas. Alto nivel de energía y actividad, locuacidad excesiva. Extrema irritabilidad, inquietud, agresividad. Desmesurada valoración de sí mismo (grandiosidad). Cambios emocionales rápidos e imprevisibles. Conductas riesgosas sin tener en cuenta las consecuencias. Gastos excesivos.

Etapa depresiva: sentimientos exagerados o inapropiados, de tristeza, desesperanza, ansiedad, desgano y/o pesimismo. Pérdida de energía y motivación. Apetito disminuido o exagerado. Sueño disminuido o exagerado. Pérdida de interés o placer en las actividades usuales. Perturbaciones en la concentración y la memoria. Ideas recurrentes de muerte, de suicidio.

Virginia Woolf – La vida es sueño; el despertar es lo que nos mata.

1. Thomas Chatterton se envenenó con arsénico en una buhardilla de Londres el 25-gosto-1770: Existir es no estar / pero que alguien te nombre…

2. Karoline Günderode se clava un cuchillo en el corazón y se lanza al Rhin el 26-julio-1806: Derrota a tu naufragio y olvida ya esta nave que ni pecio será con unos años.

3. Heinrich von Kleist se dispara un tiro en la boca después de disparar sobre su compañera Henriette el 21-nov-1811, junto al lago Wannsee: Sonríe mientras el arma apunta / tus últimas ideas en su pólvora…Y espérame un minuto antes de irte.

4. Charlotte Stieglitz (1834), joven sensible cultivadora de las bellas artes, se clavó un puñal en el pecho, el 18-dic, para no estorbar la creatividad de su esposo, el poeta melancólico Heinrich Stieglitz: Juntos padecimos una pena… Te irá mejor ahora… Nos volveremos a encontrar, más libres… Saluda a todos los que amé… Hasta siempre jamás, tu Charlotte.

5. Thomas Lowel Beddoes, después de haber perdido una pierna en un intento de suicidio previo, muere por ingestión de veneno el 26-enero-1849 en Basilea: Y si el tiempo final se demorase / Liba este amargo arsénico que te pongo en el vaso.

6. Gérard de Nerval aparece muerto en la nieve de París el 26-enero-1855: Ahorcarse con el sombrero puesto / es burlar a la muerte de dos formas… / lo mismo un día de estos / le hago un quiebro.

7. Antero de Quental muere de dos disparos. Su mano apretó el gatillo en Punta Delgada el 11-Septi-1891: ¿Cómo querrá la muerte mi alma / si está muerta?/ ¿No es el alma el botín?…/ ¡si yo no tengo!.

8. José Asunción Silva se dispara un tiro en el pecho sobre el que hizo dibujar un corazón a su médico el 14 -mayo-1896 en Bogotá: No soy buen tirador / usted me entiende.

9. Ángel Ganivet se lanza dos veces al río Duina; la primera lo sacan del agua. En Riga el 29-Nov-1898: No la horca, el arsénico ni el tiro / jamás la bala… nunca el aparejo / prefiero un trago amargo e infinito.

10. Wolf von Kalckreuth se dispara una bala en la sien junto a su cama. En Cannstadt, el 9-Oct-1906: A cambio de la herida de tu sien / recibe esta elegía / que me pondrá el laurel de tu epitafio.

11. Periclís Yanópulos monta un caballo a galope hacia el mar, y cuando ya no puede avanzar más se dispara un tiro con su revolver. En las cercanías de Eleusis el 10 de abril de 1910: Es Itaca / y no duele.

12. Peiu Yavórov ingiere veneno y se pega un tiro en la cabeza. En Sofía, el 16 de octubre de 1914: Ya no puedo arder más en esta llama / Nada puede volver /¿Qué hacer entonces?.

13. Georg Trakl se administra una dosis de cocaína que le produce la muerte. En Grdek, el 3 de noviembre de 1914: No he vivido, y lo sé…/ Tan sólo he muerto.14. Mario de Sá Carneiro toma estricnina en París, el 26 de abril de 1916: Pero el cuerpo que posa, el que me mira / El que envejece al lado de mis cosas… / Ese tipo no es yo, no le conozco.

15. Arthur Cravan desaparece una noche en la Bahía de México, el año 1919: …Y un barco con el que hundirte / en la bahía de Méjico / mientras el mar se pierde en el mar.

16. Sergei Esenin se ahorca en el hotel Angleterre después de escribir unos versos con su sangre. En Leningrado, el 28 de diciembre de 1925: Otra vez el espejo… / ¿Para qué quiero conciencia?.

17. Paco López Merino se dispara un tiro en la sien en el retrete de un café de la ciudad de La Plata, el 22 de mayo de 1928: Esta hora es perfecta / para el último hálito.

18. Kostas Kariotakis intenta ahogarse en el Mediterráneo, y, al no conseguirlo, se ducha y se arregla para dispararse un tiro en el corazón bajo un eucaliptus. En Prévesa el 21 de julio de 1928: ¿Cómo será la nada del abismo? / ¿Cómo será la muerte?

19. Jacques Rigaut funda la “Agencia General del Suicidio”, y se dispara un tiro en el corazón, en París, el 5 de noviembre de 1929: La autodestrucción como acto de fe… / Como negocio, en fin, seguro y cierto./ Se admiten asociados… / O accionistas solventes sin escrúpulos.

20. Vladimir Maiakovski se dispara un tiro en Moscú el 14 de abril de 1930: Muero de libertad / mientras el mundo es un incendio.

21. Ramos Sucre muere tras cuarto días de agonía por haber ingerido barbitúricos el día que cumple cuarenta años. En Ginebra el 13 de junio de 1930: …y esta soledad única, indescifrable y nítida de segundos eternos / que reclama descanso, aunque sea final.

22. Florbela Espanca muere por una sobredosis de veronal en Matozinhos, el 8 de diciembre de 1930: Morir no es fácil, no / pero es lo más correcto.

23. Vachel Lindsay ingiere un desinfectante doméstico en Soringfield el 5 de diciembre de 1931: ¿No hay ni siquiera un veneno accesible que llevarme a la boca

24. Hart Crane se arroja al Atlántico desde la cubierta del buque Orizaba en el Golfo de Mexico, el 27 de abril de 1932: En la borda, el sabor a salitre / me llama a ser océano. / Valoro la distancia / y alzo el vuelo.

25. Sara Teas dale ingiere una sobredosis de barbitúricos y muere en Nueva York el 29 de enero de 1932: Mis piernas no responden, / y no he amado aún… / Tan sólo fuí palabras en un mundo de gestos.

26. Roussel es encontrado muerto en un hotel de Palermo el 14 de julio de 1933: Cerciórese sin miedo de que ya no respiro… / Y, luego, entréguele esta carta a mi albacea./ Le nombro mi heredero, como ve. / Y olvídeme después / igual que lo ha hecho el mundo.

27. René Crevel abre la espita del gas y se deja morir en París el 18 de junio de 1935: …y esta llave de gas que contiene la muerte / en sólo un giro…

28. Attila József se tira al tren en las cercanías de Balatonszárszó el 3 de diciembre de 1937: Y no lloréis por mi./ Sólo pago mi deuda.

29. Leopoldo Lugones quema sus libros y muere por ingestión de cicuta en la Isla del Tigre el 18 de febrero de 1938: Purifícate en la llama naranja / y hazte ceniza en el rito de Stromboli. / ¡Que bien ardes!, amigo.

30. Alfonsina Storni se interna despacio en las aguas del Atlántico en Mar del Plata el 25 de octubre de 1938: …mirándome sin vista, / recordando desnuda / el hecho doloroso que nos muerde?

31. Antonia Pozzi ingiere una sobredosis de fármacos en su casa de Milán el 3 de diciembre de 1938: Una mujer en prosa soy ya… / Se acabó el rito.

32. Marina Tsvetaeva se ahorca en Elábuga el 31 de agosto de 1941: En el Este también la soledad lo es todo.33. Cesare Pavese ingiere dieciséis envases de somnífero y muere en Turín el 27 de agosto de 1950: Sólo pide la muerte / urgente y necesaria / para dejar de ser / la peste de si mismo.

34. Tor Jonsson se ahorca en Oslo el 14 de enero de 1951: ¿Para qué escribir más / de todo lo que existe / si los ojos conforman / siempre un mejor poema?.

35. Jean Pierre Duprey fue hallado sin vida en su taller de París el 2 de octubre de 1959: Así quise ser yo, así./ Y orinarme en los símbolos del mundo.

36. Carlos Obregón ingiere una sobredosis de barbitúricos en Madrid, el 1 de enero de 1963: …se averigua un sonido de sirenas / que ya no señalan la herida, / no la cantan, / porque la muerte es todo.

37. Sylvia Plath abre la llave del gas y mete la cabeza en el horno. En Londrés el 11 de febrero de 1963: Hoy quiero hablar contigo / hasta que llegue el alba / y se hagan memoria mis palabras.

38. Tomás González, el día de su vigesimosexto cumpleaños (Diciembre de 1966), tras regalarle a su madre flores y un poema, abrió la ventana y se arrojo al vacío: Madre, también yo quisiera ser mujer. / …para sentir en mi interior / la necedad terrible de haber traído al mundo a esta bestia maldita, / y perdonarte, madre.

39. Violeta Parra, cantora, compositora, pintora, poeta, hija y hermana de poetas… muere el 5 de febrero de 1967, en Carpa de la Reina, a los cincuenta años: Gracias a la vida / que me ha dado tanto…

40. José Mª Arguedas se dispara un tiro en Lima el 2 de diciembre de 1969: No convienen los versos / que nos muestran las vísceras azuleando al sol.

41. Paul Celan se arroja a las aguas del Sena a su paso por París el 30 de abril de 1970: No sirve de nada ya que no sea / morir ahogado en la clepsidra./ Quizás el Sena.

42. John Berryman salta desde un puente a las aguas del Misissippi en Mineapolis el 7 de enero de 1972: Yo he visto a los hombres / caminar fuera de sí / no siendo hombres,/ pero sombras tampoco.

43. Gabriel Ferrater toma barbitúricos y se ata una bolsa de plástico en la cabeza, en Sant Cugat, el 27 de abril de 1972: Te vas a trompicones / amputándome. / Te me ajas sin más…/ y yo mirando.

44. Alejandra Pizarnik muere por una sobredosis de barbitúricos en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1972: Podad mi cuerpo cada primavera, / y que crezcan con fuerzas renovadas, / en su tumba, mis esquejes.

45. Jon Mirande, la noche de Navidad de 1972, ingiere una sobredosis de barbitúricos en París: Morir matando / no puede ser suicidio.

46. Alfonso Costafreda es hallado sin vida en el pasillo de su casa en Ginebra, el 4 de abril de 1974: Los latidos contados / de mi corazón se desbocan / buscando el cero.

47. Jaime Torres Bodet asolado por el cáncer, pone fin a su vida con un disparo. En México, el 13 de mayo de 1974: Un algo celular me crece adentro / que me hace pensar / más en mi mismo.

48. Anne Sexton enciende el motor del coche en el garaje y muere por inhalación de anhídrido carbónico. En Weston, el 4 de octubre de 1974: …y un poco de este anhídrido carbónico / que bien dosificado te hace dormir tranquila para no despertar de nuevo / al tedio de los días.

49. Héctor Murena muere rodeado de cajas de vino en el cuarto de baño de su casa de Buenos Aires, el 5 de mayo de 1975: Déjate al aspaviento de sus órbitas / abandona tu piel a su mandato.

50. Jens Bjorneboe anuncia su suicidio en un programa de televisión y muere luego ahorcado en Veierland el 9 de mayo de 1976: Suspenderse un instante y dormir. / Dejar de ser el cadáver diario / y ser el muerto.

51. Luis Hernández se deja atropellar por el metro de Buenos Aires, el 3 de octubre de 1977: Matar a Dios / quizás sea el mejor de los suicidios.

52. Justo Alejo se suscribe a la revista Clarín y se arroja al vacío desde el edificio del Ministerio del Aire en Madrid, el 11 de enero de 1979: Sólo una cosa quiero / antes de ver el fín:/ y es recibir Clarín / en mi tumba espartana…

53. Alexis Traianós conecta una manguera desde el tubo de escape al interior de su automóvil y fallece por asfixia. En Capandriti, el 7 de mayo de 1980: Todos los muertos soy yo./ Todos.

54. Enrico Freire, murió en Granada, el 14 de octubre de 1980. Dejó abierto el gas y encendió la vela que siempre usaba para “inspirarse” y escribir su último poema, titulado “explosión”: Antes del grito, tardo 44 años, 3 meses y un día en encontrar la salida.

55. Severino Tormes, estrelló su coche contra un árbol camino de Tordesillas, el 15 de noviembre de 1980: 15 de noviembre: Tengo la sensación de haber vivido absolutamente en vano. ¿De qué me han servido los libros, la música, el amor, la poesía?. Una amarga carcajada contra un árbol y otra eterna en el infierno.

56. Paula Sinos (Baracaldo 1950-Portugalete 1981): El maquinista del trén dijo: “Vi un bulto a lo lejos… creí que era un perro… Frené pero era tarde… jamás olvidaré su rostro…”: Siempre puedes pensar que fue el trén / el que se arrojó a ti.

57. Fabrice Graveraux se corta las venas delante de sus amigos en Viareggio, el 8 de enero de 1982: En la lente el disparo, / en la vena el cuchillo. / Es la fiebre. / Es París.

58. León Artigas, el 14 de febrero de 1984, se introdujo el cañón de una pistola entre los diente y disparó. Sucedió en Badajoz: Imploraré tan sólo un destello / cegador de lucidez / para devolverle a Dios / un cadáver de lujo.

59. Beppe Salvia se lanza al vacío desde su casa de Roma, en marzo de 1985: ¿De que sirve perdurar con parámetros / de supervivencia, intentando pasar cada día sin saltar al vacío,…? / Mira los ojos de tu hija / y despídete con un beso.

60. José A. Acillona, murió desangrado en el psiquiátrico de Oña, en mayo de 1990, tras rebanarse el cuello con una lata de conservas: Hace mucho tiempo que te espero. Tú eres mi salvador. Tú eres el justiciero que me volará la nuca. ¡Dispara ya, cabrón!.

61. Alina Reyes se embarcó para siempre en la nave-bañera de un hotel con las venas cortadas, el 14 de noviembre de 1991, en Madrid: “Qué extraño… La luz está aparada y sin embargo juraría que la acabo de encender. Por lo menos, mañana la doncella no tendrá que hacer la cama”.

62. José Ignacio Fuentes, murió colgado de su cinturón en la cárcel de Basauri, el 14 de octubre de 1991, dos años después de degollar a su esposa: No tengo más que hacer que fumar hasta la muerte. / Yo fumo y sueño. / Quién sabe si algún día veré un río / o la garra piadosa de una soga.

63. Nicolás Arnero (Segovia, 1950) se ahorcó el 20 de enero de 1991 dejando subrayada una frase en un libro de Pavese: “Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más.”: Intuyo la cobarde humillación / de substraerme al suicidio.

64. Víctor Ramos, falleció desangrado por autocastración en la cárcel de Nanclares de Oca, el 10 de octubre de 1995: De queroseno puro, / antes de que florezca la rareza, / rociar la realidad.

65. Wenceslao Rodriguez, Madrid 1970, Sevilla 1997, colgado de una viga de la pensión El Guaraní: …a la luz de un flexo en el desván, / introdujo entre sus labios el cañón de una pistola / e imaginó el fragor de una sonrisa / ante los pies descalzos de la soledad.

66. Marithelma Nostra, Brasil, murió por una sobredosis barbitúricos en un hotel de Madrid (1999.): ¿Sabes?… He observado que hay personas que recurren a un segundo lenguaje para expresar lo que verdaderamente sienten. (…) Estas personas casi nunca saben lo que quieren, casi nunca saben lo que esperan y casi siempre se suicidan.

67. José Agustín Goytisolo se suicidó el 19 de marzo de 1999 arrojándose al vacío desde el balcón de su casa: …una tristísima ceniza / que caía y caía sobre la tierra, / y sigue cayendo en mi memoria, / en mi pecho, / en las hojas del papel en que escribo.

68. Mariano José de Larra, se suicidó de un pistoletazo en la sien derecha. Tenía veintisiete años.

69. Primo Leví murió, aparentemente por suicidio, el 11 de abril de 1987, aunque algunos amigos y biógrafos han cuestionado el veredicto. La cuestión sigue fascinando a los críticos literarios debido a la mezcla característica de oscuridad y optimismo en la escritura de Levi, quien no dejó nota de suicidio.

70. Virginia Woolf, sufrió una enfermedad mental hoy conocida como trastorno bipolar, que la llevó a suicidarse el 28 de marzo de 1941, lanzándose al río Ouse, en Rodemell con varios montones de piedras en los bolsillos.

71. Yukio Mishima, suicido ritual.

Poema de Alejandra Pizarnik 

Poema de Alejandra Pizarnik 
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Poemas de Jean Nicolas Arthur Rimbaud

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Charles Pierre Baudelaire .

CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

Mi desnudez avergüenzas la sala.
Indefensa, vomitando espuma,
con el dolor en la entraña
y los sesos crujiendo,
me revuelco entre sábanas
con lo último que queda
de lo que fui y no vuelve.

CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

1 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

I

Mi desnudez avergüenzas la sala.

Indefensa, vomitando espuma,

con el dolor en la entraña

y los sesos crujiendo,

me revuelco entre sábanas

con lo último que queda

de lo que fui  y no vuelve.

2 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

II

Enfrentada al reflejo del espejo,

una estructura de arena,

¡Maldito frasco!

Por primera vez me contienes,

prisionera de nada, de todo…  

condenándome a no tocar

ni el cielo, ni el averno. 

3 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

III

A quién engaño con mis rezos,

si se quebraron mis hojas,

si se incendiaron mis ojos,

si se extraviaron mis ninfas,

si me hundo en el silencio.

4 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

IV

Por qué partes en la barca,

sin colocar las monedas

sobre el desteñido ébano

de mis enormes pupilas.

5 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

V

Cansada voy de mí andar ciego

entre las hojas de un  tiempo

que hace mucho dejo de ser mío.

6 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

VI

Corre otra estación

es el frio invierno

de mis espejos gastados,

de mis manos quebradas

de  mis relojes rotos.

7 Fragmentos Corredores Secretos Por Fanny Jem Wong
CORREDORES SECRETOS POR FANNY JEM WONG

VII

¡Maldito arco iris!

Eres solo vetusta paleta,

sin el negro de mi sangre

sin el verde de mis cantos

sin el azul de mis sueños

sin el rojo de mi fuego

sin el amarillo de mi intelecto.

No queda nada, aquí me quedo.

FANNY JEM WONG

22-02-2017

AGUA ROJA POR MARCO MARTOS

AGUA ROJA
POR MARCO MARTOS
Tomo el agua roja de electrolitos, tomo ese menjunje,
para aliviar la sequedad de mis grandes cavernas,
esa tempestad de náuseas que casi acaba con mi vida.
Mi voluntad de escribir me sostiene,
para sacar de adentro con alguna gracia,
aquello que me deja la lengua con su abrazo,
y ganar algo del afecto que me das,
sin merecerlo, cada día.
Cómo se curaba Homero, dime si lo sabes, cómo se curaba,
si era ciego, cómo llegaba con paso vacilante a la casa del médico,
y duró tanto que pudo escribir todo lo que soñaba,
cómo vivió Virgilio con sus dolores estomacales,
cómo pudo escribir en medio de tantos reiterados sufrimientos.
Y Dante, qué hizo Dante, que hierbas tomaba a salto de mata,
en medio de las batallas y el rencor y la envidia de tantos florentinos,
y Juan de la Cruz, cuando estaba recluido,
qué aguas medicinales bebía, antes de deslizarse por una pared
con una blanca sábana en la noche de luna,
y Leopardi, encerrado en su casa, mirando el mundo
a través de los ojos de la hija del cochero,
la más delicada imaginable, tanto cómo el lucero de la mañana,
qué esperanza de curación tuvo, mientras tristísimo escribía,
y César Vallejo qué sintió cuando salió del hospital,
hecho un guiñapo, un malestar permanente,
desconocido, que luego acabaría con su vida.
Tuvieron siempre una pluma en su corazón y en su mano,
un ramo de olivo y una sonrisa para toda la gente
y sus nombres se mezclan con la hermosura del día.

POEMA AGUA ROJA POR MARCO MARTOS
POEMA : AGUA ROJA POR MARCO MARTOS

AGUA ROJA

POR MARCO MARTOS

Tomo el agua roja de electrolitos, tomo ese menjunje,

para aliviar la sequedad de mis grandes cavernas,

esa tempestad de náuseas que casi acaba con mi vida.

Mi voluntad de escribir me sostiene,

para sacar de adentro con alguna gracia,

aquello que me deja la lengua con su abrazo,

y ganar algo del afecto que me das,

sin merecerlo, cada día.

Cómo se curaba Homero, dime si lo sabes, cómo se curaba,

si era ciego, cómo llegaba con paso vacilante a la casa del médico,

y duró tanto que pudo escribir todo lo que soñaba,

cómo vivió Virgilio con sus dolores estomacales,

cómo pudo escribir en medio de tantos reiterados sufrimientos.

Y Dante, qué hizo Dante, que hierbas tomaba a salto de mata,

en medio de las batallas y el rencor y la envidia de tantos florentinos,

y Juan de la Cruz, cuando estaba recluido,

qué aguas medicinales bebía, antes de deslizarse por una pared

con una blanca sábana en la noche de luna,

y Leopardi, encerrado en su casa, mirando el mundo

a través de los ojos de la hija del cochero,

la más delicada imaginable, tanto cómo el lucero de la mañana,

qué esperanza de curación tuvo, mientras tristísimo escribía,

y César Vallejo qué sintió cuando salió del hospital,

hecho un guiñapo, un malestar permanente,       

desconocido, que luego acabaría con su vida.

Tuvieron siempre una pluma en su corazón y en su mano,

un ramo de olivo y una sonrisa para toda la gente

y sus nombres se mezclan con la hermosura del día.

HABLAR, ESCUCHAR, ESCRIBIR, LEER. POR MARCO MARTOS
POEMA DE MARCO MARTOS CARRERA

ANNA MAY WONG POR MARCO MARTOS

ANNA MAY WONG POR MARCO MARTOS : Nacida en Los Ángeles, Anna May Wong trajo a la pantalla
al río Amarillo circulando en sus hermosas manos,
el rojo intenso de los hibiscos y las ramas del árbol de la China…

ANA MAY WONG   POR MARCO MARTOS CARRERA
POEMA : ANNA MAY WONG POR MARCO MARTOS

ANNA MAY WONG POR MARCO MARTOS

Nacida en Los Ángeles, Anna May Wong trajo a la pantalla
al río Amarillo circulando en sus hermosas manos,
el rojo intenso de los hibiscos y las ramas del árbol de la China
en sus delicados brazos y el sabor de la canela misma
espolvoreada en sus deliciosos labios, finos, apacibles, deleitantes.
Traía un tifón contenido de pasiones, una cortesía ancestral
de minucias, reverencias y sonrisas a mujeres y varones.
Saltó de las películas en blanco y negro a aquellas otras
de relumbrantes colores. En la soledad de su camarín,
solo hablando con el espejos y las sombras, añoraba,
si acaso, las tierras desconocidas de las que le hablaban sus mayores.
Pasó como un suspiro por los cines, como un viento amable.
Hay gente que la recuerda en distintos puntos del planeta,
y otros que la aman y llevan con orgullo su sangre.
MUSAS DEL CELULOIDE POR MARCO MARTOS
MUSAS DEL CELULOIDE POR MARCO MARTOS
MARCO MARTOS (Piura, Perú, 1942). Poeta. Ha publicado veinticinco libros de poesía y ha merecido diferentes distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Poesía del Perú. Poemas o libros suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán, portugués, italiano, griego, húngaro y chino. Entre sus libros figuran: Casa nuestra (1965), Cuaderno de quejas y contentamientos (1969), Donde no se ama (1974), Carpe  diem (1979), El silbo de los aires amorosos (1981), Cabellera de Berenice (1990), Leve reino (1996), El mar de las tinieblas (1999), Sílabas de la música (2002), Jaque perpetuo (2003), Dondoneo (2004), Aunque es de noche (2006), Dante y Virgilio iban oscuros en la profunda noche (2008), En las arenas de Homero (2010), El vidrio es un líquido, tus ojos son de agua (2010), Vespertilio (2012), Biblioteca del mar (2012), Vértigo (2013), Viento del Perú (2013), Caligrafía china (2014), Máscaras de Roma (2015), Libro de animales (2016), El espíritu de los ríos (2017), El piano negro (2018), La novia del viento (2019), Piura, espejismo de eternidad (2019). En 2012 publicó toda su poesía hasta ese año bajo el título de Poesía junta. Actualmente es presidente de la Academia Peruana de la Lengua y profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
MARCO MARTOS (Piura, Perú, 1942). Poeta. Ha publicado veinticinco libros de poesía y ha merecido diferentes distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Poesía del Perú. Poemas o libros suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán, portugués, italiano, griego, húngaro y chino. Entre sus libros figuran: Casa nuestra (1965), Cuaderno de quejas y contentamientos (1969), Donde no se ama (1974), Carpe  diem (1979), El silbo de los aires amorosos (1981), Cabellera de Berenice (1990), Leve reino (1996), El mar de las tinieblas (1999), Sílabas de la música (2002), Jaque perpetuo (2003), Dondoneo (2004), Aunque es de noche (2006), Dante y Virgilio iban oscuros en la profunda noche (2008), En las arenas de Homero (2010), El vidrio es un líquido, tus ojos son de agua (2010), Vespertilio (2012), Biblioteca del mar (2012), Vértigo (2013), Viento del Perú (2013), Caligrafía china (2014), Máscaras de Roma (2015), Libro de animales (2016), El espíritu de los ríos (2017), El piano negro (2018), La novia del viento (2019), Piura, espejismo de eternidad (2019). En 2012 publicó toda su poesía hasta ese año bajo el título de Poesía junta. Actualmente es presidente de la Academia Peruana de la Lengua y profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
GOLONDRINA DEL BANJÓ POR FANNY JEM WONG
FANNY JEM WONG

CANCIÓN PARA FANNY – AUTOR: DANIEL ALTAMIRANO -LOS DE SIEMPRE

«Canción de nostalgia, nombre de poesía donde se conjuga el encuentro y la distancia, cosas del alma que solo se alcanzan cuando se puede amar. Poema que forma con lágrimas la palabra tatuada de besos en madrugadas de un vino azul. Donde estará la espuma y el mar que baña tu penumbra oscura sin mi sol sin par? – Buscare en la niebla tu silueta como una pluma desprendida de mi pensamiento suave y tenaz y sabrás entonces que tu nombre me llama como el fuego en la flama y como la espuma en el mar».

FANNY JEM WONG, poeta peruana
FANNY JEM WONG, poeta peruana

CANCIÓN PARA FANNY – Autor: Daniel Altamirano -Los de Siempre / Idea de: Domingo Quiroga .Mayo. 2015.

Publicado el 8 may. 2015

«Canción de nostalgia, nombre de poesía donde se conjuga el encuentro y la distancia, cosas del alma que solo se alcanzan cuando se puede amar. Poema que forma con lágrimas la palabra tatuada de besos en madrugadas de un vino azul. Donde estará la espuma y el mar que baña tu penumbra oscura sin mi sol sin par? – Buscare en la niebla tu silueta como una pluma desprendida de mi pensamiento suave y tenaz y sabrás entonces que tu nombre me llama como el fuego en la flama y como la espuma en el mar».

Crítica lírica.

Y la vida continúa…, en este patio de locas contradicciones.

POESIA Y OTRAS LETRAS

sobre poesía y otras alimañas - sulla poesia e altri parassiti - sobre a poesia e outros parasitas

El vuelo de la lechuza

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Hécate, Ars Poetica. Revista Internacional de Poesía, Cuento y Teoría de la Poesía -/- Εκάτη, Ars Poetica. Διεθνής Επιθεώρηση Ποίησης, Διηγήματος και Θεωρίας της Ποίησης

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"LA RIQUEZA, LA ACEPTACIÓN, LAS VERDURAS Y EL EJERCICIO, NO GARANTIZAN EL ÉXITO" John J. Ratey.

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