«No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién es quién para decir “esto es así”, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?).
Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”, de Buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.
Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!)
Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.
No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente a mis sueños.
*Jaime Sabines
Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nada y estar en todas partes en secreto.Jaime Sabines
Un poema de Zhang Kejiu, poeta chino (1270-1348).De noche, sentado en el pabellón que flota sobre la nieve.Esta noche, en el balcón, una luna brillante.
Entre las nubes espesas ¿cómo distinguir los senderos de la montaña?
Para mis ojos ebrios, el azul no tiene límites.
Apoyado sobre el vacío lanzo un largo suspiro,
soñando en la serenidad del pescador bajo la sombra de los sauces.
Traducción de Guillermo Dagnino.
Un poema de Zhang Kejiu, poeta chino (1270-1348).
De noche, sentado en el pabellón que flota sobre la nieve.
Esta noche, en el balcón, una luna brillante.
Entre las nubes espesas ¿cómo distinguir los senderos de la montaña?
Para mis ojos ebrios, el azul no tiene límites.
Apoyado sobre el vacío lanzo un largo suspiro,
soñando en la serenidad del pescador bajo la sombra de los sauces.
Traducción de Guillermo Dagnino.
AGUA ROJA
POR MARCO MARTOS
Tomo el agua roja de electrolitos, tomo ese menjunje,
para aliviar la sequedad de mis grandes cavernas,
esa tempestad de náuseas que casi acaba con mi vida.
Mi voluntad de escribir me sostiene,
para sacar de adentro con alguna gracia,
aquello que me deja la lengua con su abrazo,
y ganar algo del afecto que me das,
sin merecerlo, cada día.
Cómo se curaba Homero, dime si lo sabes, cómo se curaba,
si era ciego, cómo llegaba con paso vacilante a la casa del médico,
y duró tanto que pudo escribir todo lo que soñaba,
cómo vivió Virgilio con sus dolores estomacales,
cómo pudo escribir en medio de tantos reiterados sufrimientos.
Y Dante, qué hizo Dante, que hierbas tomaba a salto de mata,
en medio de las batallas y el rencor y la envidia de tantos florentinos,
y Juan de la Cruz, cuando estaba recluido,
qué aguas medicinales bebía, antes de deslizarse por una pared
con una blanca sábana en la noche de luna,
y Leopardi, encerrado en su casa, mirando el mundo
a través de los ojos de la hija del cochero,
la más delicada imaginable, tanto cómo el lucero de la mañana,
qué esperanza de curación tuvo, mientras tristísimo escribía,
y César Vallejo qué sintió cuando salió del hospital,
hecho un guiñapo, un malestar permanente,
desconocido, que luego acabaría con su vida.
Tuvieron siempre una pluma en su corazón y en su mano,
un ramo de olivo y una sonrisa para toda la gente
y sus nombres se mezclan con la hermosura del día.
Todavía estoy yendo a buscarlo, todavía partimos para Yacila en una noche encantada, encendemos las lámparas, todavía acomodamos las fichas y todavía siento, en la habitación de al lado, el respirar del mar como un murmullo que me ilumina toda la vida.
TELÉSFORO LEÓN BAJO LA LUZ DE UNA VELAPOR MARCO MARTOS
En lo más alto del acantilado, en medio de la noche tan serena, bajo la luz de una vela jugué ajedrez con Telésforo León, en Yacila. Hasta el tablero llegaban rumorosos mensajes del mar con su garra. A veces era una lámpara como una estrella marina la que ardía sobre nuestras cabezas y el zumbido del moscardón que apenas escuchábamos y el acompasado respirar del mar lamiendo las rocas, abajo. Pero este era el mundo de afuera, adentro las fichas cobraban vida propia y libraban ancestrales batallas, indiferentes a la luz de la luna, a la suave quietud del aire marino, al propio corazón con sus reclamos. Ese combate no termina, ni acabará nunca, cristalizado como está en la memoria. Lo que ha crecido con el paso del tiempo es mi afecto por Telésforo León Vilela, el notario de Piura, con su estudio repleto de trofeos, de tableros de madera y de fichas de toda laya. Todavía estoy yendo a buscarlo, todavía partimos para Yacila en una noche encantada, encendemos las lámparas, todavía acomodamos las fichas y todavía siento, en la habitación de al lado, el respirar del mar como un murmullo que me ilumina toda la vida.
El día jueves el doctor Sigmund Freud
le envía flores rojas
a Lou Andreas Salomé
y un claro mensaje de amor.
(De deseo sexual según sus teorías).
Está desesperado.
Y lo advierte mientras se acicala la barba.
FLORES PARA LOU ANDREAS SALOMÉ POR MARCO MARTOS
Es miércoles en Viena. Dos sillas vacías atormentan al conferencista, quien advierte las ausencias de Lou Andreas Salomé, bienamada contertulia, y de Víctor Tausk, enfurruñado discípulo. El disertante conoce los meandros de la vida, se ha visto a sí mismo mejor que en un espejo a través de un severo autoanálisis, sabe que los sentimientos son oscuros y complejos y que ningún tiempo es suficiente para conocerlos y estudiarlos. Y aunque la ciencia que practica le ha permitido colocarse por encima de los pequeños asuntos, queda confundido con los celos que lo invaden, los más espantosos que puedan imaginarse. Odia al impostor y a Lou Andreas Salomé, cuyas historias de amor bien conoce, la quiere borrar de la memoria. Otra es su secreta voluntad. El día jueves el doctor Sigmund Freud le envía flores rojas a Lou Andreas Salomé y un claro mensaje de amor. (De deseo sexual según sus teorías). Está desesperado. Y lo advierte mientras se acicala la barba.
Salgo zarrapastroso de mi madriguera
y me visto de príncipe antes de subir a los aviones.
Llego a las ciudades más distantes de nombres curiosos
y me alojo en los hoteles de lujo frente a las playas.
Inspecciono minibares y baños como un notario
y llego a conclusiones asombrosas:
los albergues luminosos de los países ricos
por las minucias cobran menos
que los hospedajes importantes
de las naciones en desarrollo:
copas de vodka en las neveras,
llamadas de teléfono internacionales.
PRÍNCIPE ZARRAPASTROSO POR MARCO MARTOS
Salgo zarrapastroso de mi madriguera y me visto de príncipe antes de subir a los aviones. Llego a las ciudades más distantes de nombres curiosos y me alojo en los hoteles de lujo frente a las playas. Inspecciono minibares y baños como un notario y llego a conclusiones asombrosas: los albergues luminosos de los países ricos por las minucias cobran menos que los hospedajes importantes de las naciones en desarrollo: copas de vodka en las neveras, llamadas de teléfono internacionales. De todos modos, en uno o en otro caso, pago sin chistar mis consumos. La habitación con sala de recibo, hermosas cortinas y aire temperado, me la paga la Poesía que ha firmado convenios con diferentes ministerios de numerosas naciones para que me traten como un príncipe siendo un zarrapastroso, un poeta inteligente de escasas ambiciones. Voy a los teatros y leo mis textos ante ministros y funcionarios entendidos y pobladores humildes convocados por la televisión y los diarios, que me regalan rosas perfumadas y libros de papeles de colores. Regreso a mi barrio con dos mariposas de madera, fragancias y perfumes exóticos y baúles diminutos repletos de poemas de aire y de agua, con mi traje de príncipe arrugado, con manchas, pero contento como un zarrapastroso. Mi vecino, que me dice príncipe por mis buenos modales, me pregunta: —¿Dónde estuviste? —Volando con las águilas en el techo del mundo.
Ahí está el tañido de la campana,
el gallo de bronce que anuncia la luz
a las arenas interminables
TAÑIDO POR MARCO MARTOS
Ahí está el tañido de la campana, el gallo de bronce que anuncia la luz a las arenas interminables y a las aguas sagradas del mar eterno. Se extiende desde el fondo del tiempo, suena y se acaba de pronto, milagro de música que nos deja temblando y con gozo todo el día hasta que llega la noche y lo aguardamos en nuestro sueño.
Este poema pertenece al libro «Caligrafía china» que, editado por Peisa, se encuentra en librerías.
Vienen hacia mí
tu fragancia,
tus silencios
y tu sonrisa
más hermosa
que el amanecer.
Mujer del Perú por Marco Martos
Tu fragancia. Tu fragancia que se mezcla con la luz que nace en la niebla, en el mar del Perú. Tu fragancia y esa manera tuya de quedarte quieta en el lado derecho de la cama, junto a la taza de café. Vienen hacia mí tu fragancia, tus silencios y tu sonrisa más hermosa que el amanecer.
Solo, no soy de este mundo,
semejo a un fantasma extraviado
entre los humanos de carne y hueso.
Tiemblo cuando no estoy a tu lado,
pero si te veo soy el agua que fluye gozosa
bajo el sol de la primavera,
una nieve en lo alto de la montaña,
un pájaro errante que llega a su nido.
CINTIA ES LA VIDA (ESCRIBE PROPERCIO) POR MARCO MARTOS
Vas y vienes por las callejuelas de Roma.
Las bibliotecas son tu reino, los pergaminos,
la caligrafía, los largos dictados de los juristas,
de los empleados del Foro
y de los ujieres de toda laya.
Paseas tu belleza incólume
entre el polvo de los siglos.
En el otro extremo de la ciudad,
mientras crecen las sombras
cuando el sol declina,
alcanzo a escribir las líneas que te envío.
Solo, no soy de este mundo,
semejo a un fantasma extraviado
entre los humanos de carne y hueso.
Tiemblo cuando no estoy a tu lado,
pero si te veo soy el agua que fluye gozosa
bajo el sol de la primavera,
una nieve en lo alto de la montaña,
un pájaro errante que llega a su nido.
Hécate, Ars Poetica. Revista Internacional de Poesía, Cuento y Teoría de la Poesía -/- Εκάτη, Ars Poetica. Διεθνής Επιθεώρηση Ποίησης, Διηγήματος και Θεωρίας της Ποίησης
A site where to find various information and resources on evaluation, public policy and evaluating public policies. / Un portal donde encontrar información variada y recursos sobre evaluación, políticas públicas y evaluación de políticas públicas.
El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto sino sobre el suelo. Parece preparada más para hacer tropezar que para que se siga su rumbo. (Franz Kafka)
Leituras da prosa, poesia e teatro de David Haize (R. Roldan-Roldan). O site http://roldan.vilabol.uol.com.br deixou de existir. Seus textos serão movidos para este blog, veja ao fim do menu à direita.
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