Ovidio, pobre Ovidio tan enamorado, lejos de Roma para siempre.
En este mundo de poetas y de gobernantes,
soy el único que te ha visto
como la suprema belleza de Roma.
VALERIA, LA GENTIL, ESCRIBE HORACIO POR MARCO MARTOS
Tú eres Valeria, la gentil, que con delicados modales cuidas los dineros del imperio. Por tus manos pasan los talentos, los sestercios y los ases que se pagan a los veteranos de Cayo Julio César y de Pompeyo y los caudales que sirven al emperador Augusto para convertir a Roma en la ciudad más hermosa de todo el mundo conocido. Cada uno de los que dependemos de tus gracias, te adoramos y nos gustaría que fueses nuestra esposa. Pero no es por tus habilidades crematísticas que te amo. Mientras vivía Craso supo acumular dinero y solo con sus arcas tuvo en vilo a todos los ciudadanos romanos, y Cayo Julio César, quien debía tanto, acumuló tan ingente fortuna que murió rico, merced a sus negocios con el trigo y a los innumerables saqueos que realizó con sus huestes en Hispania, Lusitania, y en las tierras de la Galia. Verdad que donó numerosas propiedades al pueblo de Roma, pero fue un pícaro encumbrado, todos lo sabemos. Tú manejas con probidad los dineros de Roma, y por eso, como tantos, también te alabo. Por la finura de tus altivos gestos, por el encanto de tu voz en las noches del invierno, por la belleza de tus pequeños senos, firmes bajo las gasas, por tus andares de reina, es que te deseo y quiero permanecer contigo todos los días que me asignen los dioses. Mecenas está ensimismado, demasiado ocupado en sus negocios propios y en darnos comodidad a sus protegidos, Virgilio apenas mira a las muchachas, no distingue esa suprema alegría de vivir, salvo si se trata de Dido, a quien sin conocer, idolatra con su pluma prodigiosa, Ovidio, pobre Ovidio tan enamorado, lejos de Roma para siempre. En este mundo de poetas y de gobernantes, soy el único que te ha visto como la suprema belleza de Roma.
Hay un perro sin pelo en la costa norte de Perú
que llaman viringo, perro chimo, perro chino.
Abunda en Sechura y los científicos lo han bautizado
como sechura canis. Todos esos nombres son verdaderos
y encierran cada uno sus secretos.
En 1422 el almirante Zheng He y sus compañeros
Zhou Man, Hong Bao, Zhou Wen y Yang Qing,
llegaron a la bahía de Paita, a Colán, a Sechura.
Viajaba por orden del emperador Zhu Di
con numerosa comitiva de concubinas y marineros.
VIRINGO POR MARCO MARTOS
Hay un perro sin pelo en la costa norte de Perú
que llaman viringo, perro chimo, perro chino.
Abunda en Sechura y los científicos lo han bautizado
como sechura canis. Todos esos nombres son verdaderos
y encierran cada uno sus secretos.
En 1422 el almirante Zheng He y sus compañeros
Zhou Man, Hong Bao, Zhou Wen y Yang Qing,
llegaron a la bahía de Paita, a Colán, a Sechura.
Viajaba por orden del emperador Zhu Di
con numerosa comitiva de concubinas y marineros.
Venían con la orden expresa de tratar bien
a las gentes de los países distantes
y establecer relaciones de concordia con los gobiernos.
Pensaron volver pero nunca lo hicieron,
dejaron sus perros pelados que dan calor
a los ancianos en las noches del invierno,
algunas gallinas orientales de cuellos sin plumas
y vuelo muy pequeño, dejaron ungüentos,
hierbas medicinales, algunas palabras que repetimos.
La nostalgia de lo extraño los acompañó en su regreso.
Tuvieron tiempo para hacer cartas geográficas, mapas
de todos los mundos que fueron conociendo.
Esos conocimientos privados llegaron a los cartógrafos italianos,
a los estudiosos portugueses, a los geógrafos de España,
llegaron a Vasco de Gama, a Cristóbal Colón, a Magallanes.
Todavía permanece, gracias a la magia de la historia,
el emperador Zhu Di, en la ciudad prohibida que mandó construir
dentro de Beijin, en sus aposentos de invierno,
acariciando a su perro viringo, en medio de la nostalgia del tiempo
Se caen de la vida las cosas, la vergüenza como símbolo de ética, el espacio como insignia de la norma, el dolor en mi emblema de poesía Se vaciaron todos los vasos, se bebieron todas las aguas, se mudaron todos los gritos. En los carros de la tarde se trasladan las nostalgias, y en tu cabello de nítida escarlata cuelgan los déspotas atisbos del ruido de una nueva hipocresía. Aun espero tu palabra imperadora tu balanza de equilibrio en los estrados, tu lábaro de honra y de grandeza. Eres más que un nombre idolatrado, más que una mueca de prodigio. Aún espero la jugada precisa. El escorzado tablero del tiempo aun confía en los jaques de tus reyes. No me robes la caricia del aire, no me quites la justicia del hombre, no me enrejes en barrancos profundos. No sometas mi póstumo respiro a las flores deshojadas en tu playa. Déjame hacerle un surco más a la tierra sembrar una semilla de esperanza, sorber del vientre de un cuarto menguante, penetrar en mi piel las agujas del sol. No me condenes sin juicio no me ahorques sin sogas No vuelvas turbios mis ojos, no me dejes sin llanto la mirada.-
Walter Faila 20/07/2008
No supe condensar en dos versos doblados, o no quieres escuchar mi campana de hastío. El verbo mastica mi carne de invierno.
Hécate, Ars Poetica. Revista Internacional de Poesía, Cuento y Teoría de la Poesía -/- Εκάτη, Ars Poetica. Διεθνής Επιθεώρηση Ποίησης, Διηγήματος και Θεωρίας της Ποίησης
A site where to find various information and resources on evaluation, public policy and evaluating public policies. / Un portal donde encontrar información variada y recursos sobre evaluación, políticas públicas y evaluación de políticas públicas.
El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto sino sobre el suelo. Parece preparada más para hacer tropezar que para que se siga su rumbo. (Franz Kafka)
Leituras da prosa, poesia e teatro de David Haize (R. Roldan-Roldan). O site http://roldan.vilabol.uol.com.br deixou de existir. Seus textos serão movidos para este blog, veja ao fim do menu à direita.
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